No voy a escribir sobre alguien tan reconocido y venerado como Clint Eastwood, de sobra conocemos sus obras, una carrera muy extensa plagada de éxitos reconocidos tanto en la faceta de actor como en la director, prestigioso, reconocido y respetado.
La película es la adaptación de un musical homónimo y nos cuenta la historia de cuatro jóvenes de Jersey que se unieron para formar una banda de rock llamada “Four Seasons”, la música consiguió sacarlos de las calles y evitar que cayeran en un camino de delincuencia al que iban de cabeza. El líder de la banda era Frankie Valli. Pero no todo será un camino de rosas, pasarán por duros momentos y enfrentamientos personales, pero finalmente, la música servirá para volver al unir a un grupo que fue la banda sonora de toda una generación y que perdura en el corazón de muchos después de cuarenta años. El inicio del film es muy esperanzador, narra los comienzos de la banda con peripecias personales y una especie de livin’ la vida loca pero de manera sobria, nada más lejos de la realidad, conforme fluye la cinta el dinamismo se esfuma y ese bocado ligero pasa a ser pesado, se hace como una bola en la garganta que se digiere a duras penas, el ritmo se vuelve demasiado pausado y pese a que hay momentos interesantes la realidad es que en su gran mayoría resulta un desarrollo tedioso, buenos momentos musicales pero demasiado espeso en lo dramático.
El film logra dar el enfoque de la época, pero por momentos parece que la historia sea de un grupo cualquiera de los años 50, a sus personajes faltos de carisma y personalidad les falta cierto glamour, su narración pasa por un proceso metamórfico el cual no termina de abrir sus alas, quizás, le falte un punto de radicalidad a sus personajes, quizás ésta película debería haber tenido una visión menos frugal, no tan moderada, para haber convertido una película correcta en una gran obra o quizás nos tiene demasiado mal acostumbrados y esperamos de él que cada cosa que toca sea una obra maestra.
Ha tratado de encontrar un equilibrio entre la historia de la banda como tal y sus vidas personales, pasando por una visión más reflexiva cuando se centra en las conexiones mafiosas con el mundo de la música, esa conexión no deja de existir nunca. En un principio, cuando eran jóvenes había un vínculo a nivel básico, callejero, desde lo más bajo, desde los suburbios, con la madurez y el éxito de la banda la conexión no desaparece, pero incrementa el nivel y pasa a ser un guante blanco que abarca con la palma de la mano un nivel social mucho mayor, pero tiene un punto con trasfondo y mensaje lleno de valores que no se debe pasar por alto, la amistad, el reconocimiento a quién estuvo ahí con el protagonista en los momentos duros, a pesar de que le ha jodido la vida en los momentos dulces, por su mala cabeza, por sus excesos y por sus vicios. Divertida la escena del robo en el coche circulando sobre dos ruedas, es genial, una pena que toda esa chispa se diluya y desaparezca perdiendo mordiente.
Lo mejor:
Buena a nivel técnico, buenos momentos musicales.
Lo peor:
Pierde mucha garra y su ritmo resulta demasiado lento.
Posiblemente sea la peor película de Clint Eastwood que recuerde, con esto no quiero decir que sea mala, ni mucho menos, es una película más que correcta, bien en el plano técnico, por encima de la media pero una decepción sobre todo para los amantes del cine de Eastwood, ojo, el perfil narrativo lleva inconfundiblemente su sello, pero, quizás no era su película