Una gran obediencia se desprende de esta historia desgarradora, expresión máxima de una crueldad encubierta que ofende y asombra amargamente, de una increíble sumisión a cualquier acto de voluntad propia; elegida y destinada por acatamiento no personal, a las órdenes de testigos mudos que profesan el mayor desprecio, rechazo inimaginable con una calma, aceptación sorprendente que te deja tan paralizado y expectante como le ocurre a la propia protagonista. Cuando los planes previstos, a expensas de cualquier consentimiento ajeno, se vuelven en contra de uno mismo; estrenada cárcel que ocupa su propio creador, una búsqueda desesperada de algo de cariño y comprensión, la negada aceptación de una voluntad anulada cuyas formas educadas esconden un contenido atroz, desfigurante, de una humillación desproporcionada. Conmoción sensible y perturbadora exhibición de silenciosas emociones que van calando tanto en nuestra joven beneficiada como en el mismo espectador, a un precio tan doloroso, horrible y feroz que resulta imposible circular por esta travesía sin implicación o complicidad alguna. Aquello que no se dice, lo nunca expresado es la esencia de este emotivo y delicado relato, muestra de gran angustia y desesperación y de un aceptado maltrato psicológico impactante. Una pasmada aflicción, rebelión nunca del todo confirmada anta tanta agonía y dolor, donde serás capturado por un director que, con gran arte y acierto, muestra una lastimosa vida de un ser anónimo que, lenta y milagrosamente, va ocupando un pequeño lugar elegido por ella, siendo capaz de encontrar algo de luz entre tanta oscuridad. Sólo cabe callar, mirar y sentir la película en toda su intensidad!!!