De nuevo Richard Curtis vuelve a regalarnos una experiencia cinematográfica deliciosa, que sabe mantener el equilibrio perfecto entre la tragedia y el toque justo de melancolía. Un guion muy bien trabajado y simple a la vez, no necesita más explicaciones es un don, cierras los ojos, aprietas los puños y piensas donde quieres ir. No se necesita más, es accesible y comprensible, magia es la palabra que mejor lo define. También es muy interesante la moraleja que nos deja la película, algo que aprendió el padre de Tim tiempo atrás y que al propio Tim le cuesta descubrir, no importa la cantidad de tiempo de la que dispongamos, ni poder cambiarlo para corregir nuestros errores, lo importante es poder pasar el mayor tiempo posible con las personas que de verdad son importantes para nosotros.
Muy buena química entre los dos protagonistas, por un lado Domhnall Gleeson, un nerd pelirrojo, torpe e inseguro que usa su don para corregir los errores sobre la marcha. Divertido y simpático el tal Domhnall Gleeson, a quien no recuerdo haber visto antes excepto en "Harry Potter y las reliquias de la muerte, partes 1 y 2". Por otro lado Rachel McAdams más habituada a este tipo de papeles. Genial la escena en que se conocen, en ese restaurante sin iluminación, para que los clientes se centren en saborear los platos, y que ellos aprovechan para conocerse y no ser víctimas de sus inseguridades. Con la pantalla prácticamente en negro, todo se centra en el dialogo.
El genial Bill Nighy vuelve a apoderarse de cada una de las escenas que protagoniza, a pesar de verle algo deteriorado físicamente, sigue siendo un gran actor y no ha perdido un ápice de su talento. También podemos disfrutar de Margot Robbie, antes de dejar a todos asombrados con su papel en "El lobo de Wall Street".
Una cuestión de tiempo funciona como comedia, tiene escenas muy divertidas, la historia de amor es muy tierna y también funciona el toque de fantasía / ciencia ficción. Sabe mezclar con facilidad el drama y el humor en la historia para dejarnos una comedia romántica tan brillante como poco frecuente.