En la Irlanda de 1977, Damian Lynch, un niño de 11 años, tuvo un accidente con el Padre O'Toole cuando le empujó y le hizo caer del altar durante la misa. El castigo a su descuido son tres meses sin acercarse a su mayor pasión: el fútbol.
Pero lo peor es que justo ese año su querido equipo, el Liverpool FC, jugará la final de la copa europea, así que si quiere ver el partido, que podría ser el mejor de su vida, tiene que enmendar su error y servir en la próxima misa cuando visite el Arzobispo. Todo su destino se decide en una misa.