Una película que nace con grandes pretensiones, sobre todo si observas su reparto y su director. El guion confunde por momentos, sus actores parece que esten rodando videoclips personales, sus escenas son forzadas, parece que esten hechas para confundir al espectador. Si todavia no se han acabado las palomitas y la cerveza, esperas con ansia el final para poder entender alguna cosa y lo único que te das cuenta es que no tiene nada que ver con lo que se ha narrado. Sólo el reparto y su director són argumentos válidos para poder verla, por lo demás, nadie la recordará. Ridley Scott tendrá sus razones para haberla dirigido, pero ni tan sólo el puede salvarla de la quema. Inconsistente, forzada, banal y estúpida, mala, mala. Barden está ridículo, Cruz parece un carbón requemado y la "rubia" pasada y desfasada, de Brad ni te cuento, con sus tics de siempre, no se lo cree ni mi hija de dos años.