Imaginaos que ya los setenta no los vais a volver a cumplir. Que sales de la cárcel tras 28 años de condena, años que te has chupado para no delatar a tus amigos. Y cuando sales tu única familia es uno de tus ex compañeros de fechorías. El mismo que antes de las 10 de la mañana del día siguiente, te tiene que asesinar para que no lo asesinen a él -o a un familiar muy cercano-. Ajuste de cuentas, al fin y al cabo, éste mundo funciona así. El que la hace, la paga. Sólo te queda una. Vive el momento. Y a ésto es a lo que se dedicarán Val (Al Pacino) y a su amigo Doc (Christopher Walken). Vivirán algunas de sus últimas aventuras, desde visita r un prostíbulo -viagra incluída-, hasta reecontrarse con el tercer mosquetero (Alan Arkin) y poner a prueba de persecución policial el coche que acaban de robar y la memoria, volver a los viejos tiempos. Aquellos en los que eran lo más parecido a Jeremy Renner en The Town (2010), alguien que no tiene nada que perder y se mueve en los bajos fondos dedicado a la delincuencia. Pero, ¿de verdad podrías asesinar a un viajo amigo a éstas alturas de la película?
Tres premios Oscars son los encargados de darle vida a este proyecto de Fisher Stevens. ¿Que voy a decir de Al Pacino, Cristopher Walken y Alan Arkin? es un trío de ensueño para cualquier producción. Sobre ellos, especialmente los dos primeros, son la película y la película es ellos. Destilan a la perfección el perfil del personaje. En la primera escena ya los conoces de toda la vida. Son capaces de mostrar el lado más humano de la persona, aquél que todo tiene. Es prácticamente lo único que se salva del metraje. El cine, en gran medida, es contar la vida de las personas, lo que piensan, lo que sienten, lo que padecen, y ésto lo hacen sobresaliente. Sólo hay que ver andar y hablar a Val (Al Pacino) para saber que ha hecho la vida con él.
Todo aquel que pretenda ir a ver la película, puede ir a verla, pero tiene que tener clara dos cosas. La primera, no es una comedia. El tráiler y los comentarios pueden dar, o intentan dar, a pensar que es una comedia, y si se va con ésto en la mente vamos a salir realmente frustrados del cine. Es cierto que existen algunos puntos cómicos en la película, o más bien que nos puedan hacer gracia por la situación, pero no es una película autoparódica de abueletes que en su día fuero mafiosos y ahora todo se vuelve muy divertido. Nos cuentan una historia humana, muy humana, si bien contiene en algunos momentos una pincelada traslúcida de comedia, pero nada más. Lo segundo, si pensáis ir a verla doblada, mejor que os quedéis en casa. Uno de los puntos fuertes es disfrutar de los grandes actores con los que cuenta la producción. Ver la modulación de Al Pacino, como plasma su personaje con tan sólo el timbre de voz, como transmite párrafos de guión a través de su garganta.
Por lo que no tiréis 7€ si no vais a ir a verla en versión original o vais buscando una comedia sobre lo que fueron y ya no son.