Crítica de SensaCine.com para Alacrán Enamorado: Spanish History X

En los últimos tiempos hay una tendencia a explotar el elemento viril en las películas españolas. Basta con echar un vistazo a los repartos de 'Combustión' (Daniel Calparsoro) o 'Los últimos días' (hermanos Pastor) y, por supuesto, 'Alacrán enamorado', para darnos cuenta de que la masculinidad y la intención de rentabilizar el músculo en la pantalla es más que evidente.

La película de Santiago Zannou huele a gimnasio y a sudor, a tugurios de mala muerte y a espacios mal ventilados. Tiene una extraordinaria capacidad para introducirse en lugares que exudan una cierta marginalidad y trazar a través de ellos una serie de códigos que marcan la conducta de los personajes. Es quizás el elemento más interesante de 'Alacrán enamorado', la manera en la que los protagonistas se insertan dentro del entorno en el que viven: las viviendas de los barrios periféricos, los gimnasios de boxeo, las calles

solitarias de extrarradio, las habitaciones lúgubres y los bares de barrio. Hay cierta autenticidad en la manera en la que están rodados estos espacios, sin ninguna épica, sirviendo para mucho más que como un mero telón de fondo identificativo, casi erigiéndose como una parte fundamental de la manera en la que se expresan, sienten y viven los seres que los habitan, estos hombres solitarios y heridos, algunos con el corazón frágil, otros sin ningún tipo de sentimientos.

Sin embargo, la película tiene unas ínfulas y unas intenciones muy precisas que no tienen nada que ver con la formulación de atmósferas. 'Alacrán enamorado' es una película de tintes sociales que pretende escarbar en el subsuelo de las raíces homófobas y fascistas que se generan por el aumento de la población emigrante en nuestro país. Muy loable su mensaje, pero no las formas de trasmitirlo, optando casi siempre por el subrayado y el elemento enfático. Además, se tiene la sensación de que nos encontramos ante un discurso un tanto trasnochado, tanto en la manera de expresarlo como de filmarlo a través de unas imágenes que remiten a películas de los noventa como 'El odio', de MathieuKassovitz, film en el que se mira directamente, sobre todo en el tratamiento de la violencia, o en la norteamericana 'American History X' (1998), incluso en una de las mejores películas que ha tratado de refilón el tema, como es 'El día de la bestia' (1995).

El director, Santiago Zannou, demuestra a pesar de todo, que sabe sacar partido al material con el que cuenta y consigue impregnar la película de brío y pulso narrativo, sobre todo en la primera parte. Sin embargo, la historia de redención del personaje principal no consigue ser todo lo convincente que debiera, y la relación que comienza a mantener con una chica de color que trabaja en el gimnasio está cogida por los pelos. Más afortunado es el vínculo que se establece entre el joven que interpreta Álex González y su maestro en el ring, encarnado por Carlos Bardem, autor de la novela en la que se basa y que se reserva uno de los papeles con más carne de la película, mucho mejor que el que le toca a su hermano Javier, un nada convincente jefe de la banda de neo-nazis con ínfulas medradoras.

'Alacrán enamorado' tiene un indudable gancho, pero su mayor pegada no reside en las supuestas reflexiones (que caen a veces en lo simplista y la caricatura) que pretende generar, sino en algunos pequeños momentos que logran tener mucha más fuerza que su discurso de fondo.

A favor: Los actores, en especial Álex González, Carlos Bardem y Juan Carlos Vellido.

En contra: Su discurso de fondo no siempre resulta convincente.