Los cuentos infantiles...ese desconocido para el cine. Disney, a lo largo de casi un siglo, ha ido dándonos excelentes muestras de cómo realizar adaptaciones de los clásicos e inmortales cuentos infantiles. Otra cosa muy diferente ocurre cuando las sesudas y calenturientas mentes de la meca del cine, aunque en esta ocasión sea la meca gala, deciden perpetrar sus terribles visiones de esos mismo cuentos pero en versión carne y hueso. De acuerdo, mucha carne sí que ponen en las últimas revisiones descafeinadas de mitos como Caperucita, Blancanieves o Jack, pero andan muy escasos en cuanto a hueso. Es decir, mucho envoltorio pero poca cosa donde roer.
Llevamos unos años de nuevas adaptaciones, revisiones o como demonios quieran llamar a esta serie de películas que se realizan bajo el beneplácito de la falta de imaginación. Títulos que dicen rescatar y renovar el espíritu de los cuentos inmortales que Perrault, Grimm, Andersen y otros han grabado en nuestra memoria a fuego. Pero claro, Hollywood y Europa no están conformes con las adaptaciones que todos conocemos, sean en dibujos la mayoría, y han decidido que una remodelación y lavado de cara a esos cuentos siempre viene bien. Pues en este caso, como en otras ocasiones, les ha salido el tiro por la culata. Las últimas incursiones en destrozar cuentos han sido 'Caperucita Roja' (2011, Catherine Hardwicke), 'Blancanieves y la leyenda del cazador' (2012, Ruppert Sanders), 'Blancanieves, Mirror, mirror' (2012, Tarsem Singh), 'Encantada' (2007, Kevin Lima), 'Alicia en el país de las maravillas' (2010, Tim Burton), 'Hansel y Gretel: cazadores de brujas' (2013, Tommy Wirkola), '101 dálmatas, más vivos que nunca' (1996, Stephen Herek), 'Jack el cazagigantes' (2013, Bryan Singer), 'Hook' (1991, Steven Spielberg), 'Pinocchio' (2002, Roberto Benigni)...todas ellas catalogadas entre malas, horribles y descabelladas, que cada uno ponga su adjetivo preferido.
Luego están casos curiosos que han destacado por su forma original de ver el mito del cuento y lo han transformado, en algunas ocasiones, en auténticas maravillas. Por ejemplo el mito de Caperucita Roja fue magistralmente tratado por Neil Jordan 'En compañía de lobos' (1984), el cuento de Blancanives se tradujo en España en la soberbia 'Blancanieves' (2012, Pablo Berger). Tim Burton puso un atractivo envoltorio en 'Sleppy Hollow' (1999) y muy destacable es la versión que Tery Gilliam nos dio en 'Los Hermanos Grimm' (2005). Incluso mucho mérito fue ver el mito de Peter Pan entre bambalinas por parte de Marc Foster en 'Descubriendo Nunca Jamás' (2004).
Pero esta 'La bella y la bestia' (2014) se sitúa mucho más en el primer grupo de las anteriormente mencionadas. Un intento inútil de volver a contar la misma historia sin ningún nuevo aliciente. Con un estilo visual que juega a ser un videoclip alargado con tendencia a la majestuosidad vacía, pero que en ningún instante aporta al espectador una sensación de novedad. Christopher Gans nos ha jugado una mala pasada. Tras su curiosa 'Pacto de lobos' (2001) y su inquietante 'Silent hill' (2006) nos creíamos seguros al saber que veríamos un buen espectáculo, con toques fantásticos y espíritu canalla. Pero nada de eso queda en el director que nos presenta el mito de la bella, con una Lea Seydoux que eclipsa con sus ojos pero cansa de tanto sentimiento trágico falseado, y de la bestia, con un Vincent Cassel que sorprende de cabo a rabo, pues nos ha habituado a sus excesos (convincentes) en pantalla, para ahora mostrarnos una interpretación calmada y sosegada justamente cuando su papel es el de una bestia. Edulcorada hasta límites insospechados en el cine de Gans. Contiene momentos en los que la necesidad de salir del cine y apartar de tu vista las imágenes se hace imperante.
Tenemos a un Eduardo Noriega (Perducas) como curiosidad patria rondando por la pantalla, un grandilocuente mensaje por parte del director que intenta dibujar en sus imágenes un estilo visual antes visto en otras películas (imperdonable ese toque a lo "Señor de los anillos" que flota en el ambiente). Es falsa en su pretensión de revisar el clásico ya que no propone nada nuevo. Es hueca por que intenta sorprender con efectos que dejan una sensación de "que me devuelvan el dinero de mi entrada" y sobre todo por que uno se pasa todo momento del metraje recordando la genial 'La bella y la bestia' (1991) y desea que en cualquier instante Vincent Cassel (la bestia) se líe a cantar...pero nada, nos quedamos con las ganas. Algo que al final se agradece, pues también recordamos la pésima adaptación que se hizo de 'El fantasma de la ópera' (2005, Joel Schumacher) y sentimos alivio al no tener que pasar por semejante esfuerzo. Ya veremos cómo le va a Angelina Jolie con su malvada reina en 'Maléfica' (2014).
Jean Cocteau y Rene Clément estarán "muriéndose" de risa desde el cielo al ver esta versión. Ambos saben que cuando los espectadores salgan del cine irán raudos a su videoteca a buscar su copia de 'La bella y la bestia' (1946) que dirigieron con excelente resultado. Parece mentira que un compatriota como Christopher Gans, haya destrozado un clásico cuento como el de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1756), la versión más conocida y publicada aunque la historia es de tradición europea. Hasta Disney, en su cámara de criogenización estará sonriendo al ver que su adaptación en dibujos animados es una obra maestra en comparación con este amago de blockbuster del antes querido y seguido, por mí, Christopher Gans. Adieu...monsieur Gans.