Dylan (Lucas Grabeel) es un muchacho muy diferente a los adolescentes que le rodean. Es el único al que le mueve un único deseo: chupar sangre. Todo comienza cuando un estudiante de intercambio le muerde y traspasa su maldición a Dylan.
Su deseo de deshacerse de esa milenaria desgracia es enorme, pero más grande es su sed de sangre. El problema se vuelve más grave cuando tiene que evitar estar con su novia, ya que cuando la ve le crecen los colmillos. Ella no entiende porque y al final el joven tendrá que encontrar el modo de decírselo. La película es un rock musical protagonizado por Lucas Grabeel (Mi nombre es Harvey Milk) y Dreew Seeley (High School Musical).