Más allá de las colinas

Alina (Cristina Flutur) es una mujer joven que regresa de Alemania a su pueblo natal en Rumanía. Es huérfana y casi no tiene a nadie en la vida, a excepción de una amiga de la infancia que conserva tras su etapa internada en un orfanato, Voichita (Cosmina Stratan), la única persona a la que ha querido y con la que se ha sentido protegida. Pero Voichita ha cambiado mucho durante el tiempo que han estado separadas. Ahora vive en un convento y practica devotamente la religión: ha encontrado a Dios y para ella es su único amor y refugio, por lo que Alina ha pasado a un segundo plano. Voglia vive como abducida, en un ambiente represivo y lleno de austeridad y normas propio de la religión ortodoxa en la que se ha sumergido, sometida a las estrictas normas que los curas le imponen como su sierva.

Alina hará todo lo posible para intentar ayudar a su amiga a salir de esta situación, así que desafiará a la iglesia pidiendo su custodia, pero ellos la castigarán acusándola de estar poseída por el demonio, por lo que pedirán realizar un brutal exorcismo que terminará con su muerte.

A partir de ahí, dará inicio la investigación policial que intentará aclarar los hechos acaecidos en el misterioso monasterio.