'Beyond the Hills' se alzó con dos premios en el Festival de Cannes de 2012: al Mejor Guion, para el propio director, Cristian Mungiu y para las dos actrices protagonistas, Cosmina Stratan y Cristina Flutur. Para las dos, era su primera experiencia cinematográfica.
La película está inspirada en la un trabajo periodístico muy documentado de Tatiana Niculescu Bran, "Deadly Confession", que se publicó en Rumanía en 2006, y que narra los abusos a los que fue sometida una joven en un orfanato y más tarde en un convento donde se refugió y en el que se le practicó un exorcismo por haber cometido pecados carnales que la condujo a la muerte.
El tono neutro y periodístico de los libros de Tatiana Niculescu Bran fue lo que sedujo al realizador. Quiso alejarse lo más posible de la historia inicial declarando "haber respetado el espíritu de los libros (...)". El cineasta lo explica así: "(...) No fui categórico en mis juicios y no traté de identificar a los culpables, pero apliqué este principio sobre una historia ficticia, a la cual me sentí libre de añadir capas de significado que la historia no tenía".
Se trata de la cuarta película del realizador rumano Cristian Mungiu, que sorprendió a todos con '4 meses, 3 semanas, 2 días' (2007), película que confirmó el buen momento que vivía la cinematografía rumana a través de una serie de películas y directores centrados en el cine de reinvindicación social y política. La película alcanzó la Palma de Oro del Festival de Canes, y contribuyó a que Mungiu se convirtiera en un director respetado.
Según en palabras del propio director la película reflexiona en torno a la forma en la que los católicos se acercan a su religión, a los conceptos de fe y de culpa y al dolor que se puede infligir en nombre de las creencias.
La elección de los actores fue rápida. Cristian Mungiu se decidió por nativos de la Moldavia rumana, donde la lengua se habla con un acento fuerte, para dar más realismo a su historia. Para el papel del sacerdote, pensó en seguida en Valeriu Andriuta, que encontró durante sus estudios de campo. Cuenta: "Lo llamé antes de haber decidido hacer la película y le pedí si podía dejarse barba. Los meses pasaban y cuanto más su barba crecía, más sabía que era con él que debía trabajar".
El equipo construyó el convento y las casas que le rodean a cerca de 100 kilómetros de Bucarest.