En este caso no podemos decir que el título nos ha despistado, o que no encontramos la relación con la película, esta cinta trata de eso, de cómo un grupo terrorista ataca y toma la Casa Blanca (nombre en clave: Olimpo), desde prácticamente el principio hasta dos horas después. Un planteamiento, en principio original, ya que no recuerdo otra película donde unos terroristas ataquen y tomen la bendita casa; pero aquí termina toda la originalidad que nos ofrece Fuqua, según avanza el metraje tenemos la sensación de que estamos ante una nueva entrega de La jungla de cristal, el edificio no es un flamante rascacielos, si no la mansión presidencial y en lugar de Willis está Butler, eso sin, con menos sentido del humor. Gerard Butler se vale él solito para acabar con varios comandos de terroristas muy bien preparados… y es aquí donde las premisas inverosímiles y los planteamientos absurdos terminan de salpicarlo todo, a lo que no ayuda unos pobres efectos digitales.
Los terroristas aprovechan la visita del Primer Ministro de Corea del Sur para atacar la Casa Blanca, vemos como un avión invade el espacio aéreo de Washington, disparando a civiles para forzar a los militares a aislar al Presidente, esto tampoco es original, en el último episodio de la primera temporada de Homeland ya vimos como ante un ataque exterior, todo el estado mayor es recluido en un búnker junto al terrorista camuflado. En cuanto al avión sobrevolando la capital, que decir, en la era post 11-s quien se cree que los militares puedan tardar tanto en derribarlo, desde luego yo no, y más cuando abate a los dos primeros cazas que le salen al paso. De hecho, es lo primero de lo que alardea Kang, los militares han tardado quince minutos en acudir al rescate, yo he tomado la Casa Blanca en trece.
Bueno, seré benévola y aceptaré que también el Servicio Secreto puede tener un mal día, “Olimpo ha caído”, el presidente, el vicepresidente y la secretaria de Estado son tomados como rehenes ¿y ahora qué?, ningún problema, tenemos a un hombre que lleva año y medio fuera del servicio secreto, pero que sigue en forma, le vemos correr hacía el interior de la Casa Blanca, esquivando balas y explosiones, mientras los agentes van cayendo a su alrededor, aunque no está solo, tendrá el apoyo logístico exterior del Presidente de la Cámara, convertido en Presidente en funciones (Morgan Freeman) y la jefa del Servicio Secreto (Angela Bassett). Una vez dentro sigue teniendo acceso a los lugares restringidos, sus códigos y antiguas contraseñas aún funcionan, conoce las claves de la caja fuerte y del ordenador del Presidente, en año y medio nadie las ha cambiado y no le han revocado los accesos… la verdad que con un Servicio Secreto cometiendo tales fallos de seguridad, no me extraña que hayan tomado la Casa Blanca.