[...] La encargada de desarrollar el proyecto ha sido la directora Sam Taylor-Johnson que de esto de relaciones peculiares entiende bastante, ya que es la esposa del actor Aaron Taylor-Johnson (Kick Ass, Salvajes), 23 años más joven que ella, con el que tiene dos hijas y al que conoció cuando él tenía 19 años durante el rodaje de Nowhere Boy, que ella dirigía y él protagonizaba. Además ha superado dos cánceres (colón y pecho) y es una reputada artista contemporánea especializada en fotografía, donde destaca las filmaciones que realizó de David Beckham durmiendo… ¡yo de mayor quiero ser como Sam!
Volvamos a la película que me distraigo, empezaré por decir que no he leído los libros y no tengo ninguna intención de hacerlo, no es el tipo de literatura que llame mi atención, así que no puedo deciros si la adaptación es fiel que parece ser lo que más interesa a las fans literarias, aunque tengo entendido que algunos episodios clave no aparecen en la cinta. No olvidéis que en Estados Unidos tiene una calificación R y allí son bastantes más puritanos que en Europa. La película me ha parecido elegante en su conjunto, con una cálida fotografía y una estimulante banda sonora, hay escenas de sexo que insinúan mucho y muestran poco, bueno ella más que él, pero nada que no hayamos visto antes en la excepcional Shame (2011), la polémica Nymphomaniac (2013), la excesiva El lobo de Wall Street (2013) o Don Jon (2013), por poner algunos ejemplos recientes.
En cuanto a la trama, es un romance erótico en la línea de chico conoce a chica, tan inverosímil como cualquier otro. Y no me refiero a los particulares gustos del protagonista, que es lo de menos, si no al resto, que ella a sus “ventipocos” aún sea virgen, que no conozca ni sepa nada de un multimillonario soltero que además es benefactor de su universidad y al que va a entrevistar (aunque solo sea por hacer el favor en condiciones te informas antes de ir de quien es tu anfitrión), su ropa interior tan recatada, por no decir de abuela, bueno ese tipo de detalles que en el siglo XXI chirrían. Resulta difícil resistirse a un tipo joven, guapo, atlético y al que le sobra el dinero que te hace regalos caros, te pasea en su helicóptero privado y te dice cosas tan sutiles como “Yo no hago el amor, yo follo”, ¿quién puede negarse a darle una oportunidad?
Lo más destacable de la película es la participación de una entregadísima Dakota Johnson muy convincente, consciente de que esta era su oportunidad, ha sabido aprovecharla. Nieta de la mítica Tippi Hedren e hija de Melanie Griffith y Don Johnson, hemos podido verla en cortas apariciones en La red social (2010), Infiltrados en clase (2012) o Need for speed (2014). Dakota es la protagonista absoluta de la historia y a pesar de que su personaje sea una chica ingenua e inocente, no la veo como una víctima de Grey. En todo momento es ella quien tiene la sartén por el mango, al principio por la propia ética de Grey que no quiere hacer nada hasta firmar el contrato, pero en él fondo Christian está enamorado de ella y el deseo de tenerla le supera. En ese sentido me ha gustado el final (perdón por el spoiler) que termine con ella diciéndole “NO”, la única palabra que el Sr. Grey no está acostumbrado a escuchar.
No tengo ninguna duda que va a ser un éxito en taquilla, es un drama romántico muy del gusto femenino donde sus parejas serán los más beneficiados tras el visionado. Una película agradable de ver, bastante más suave de lo que cabría esperar, me da la sensación que esta historia (me refiero a la trilogía) va a tener un final de lo más convencional, al estilo Pretty woman, ya sabéis, será ella quién le rescate a él.