"La Caza" es un fascinante y desgarrador drama, dirigido por Thomas Vinterberg y protagonizado por Mads Mikkelsen. Me parece una perfecta radiografía del ser humano y de las psicosis que nos acechan en este siglo. Hay ciertos temas en los que simplemente es necesaria una mínima chispa, y explosionan como si de una bomba nuclear se tratara. Temas que transforman al ciudadano más civilizado en un ser casi radioactivo, grupo en el que seguramente todos nos encontremos. Y lo más sorprendente de todo es como somos capaces de ir de un extremo a otro en apenas décimas de segundo. Somos manipulados, y en ningún momento nos paramos unos segundos a meditar y a hacer un juicio interno. Tenemos un amigo del alma, que de repente nos cuenta algo malo sobre él y lo repudiamos como si nunca lo hubiésemos conocido. Más tarde se demuestra que todo era falso, y lo volvemos a aceptar como si no hubiera pasado nada, cuando realmente si que ha pasado. Vinterberg, aborda de manera realista el tema del aparente abuso sexual contra menores, y digo aparente porque como buen reflejo de la sociedad enjuiciadora, se convierten en los verdaderos verdugos capaces de cobrar castigo por las atrocidades cometidas por algunos adultos desadaptados.
Sin embargo, en éste caso sólo es una presunta acción efecto de una mentira aparentemente inocente, pero que tiene el mismo o mas fuerte impacto sobre el directamente implicado, lo cual provoca trastornos sociales que adulteran la convivencia de un apacible pueblo. Y de la misma manera, hacen que la tensión vaya en aumento, nos golpee fuertemente como espectador haciéndonos participes de ésta horrible pesadilla. No obstante, el director muestra como, una vez sembrada la duda en el ser humano, si este no mantiene la cabeza fría y actúa como es debido, intentando sobreponerse a la presión social, dará comienzo la caza. También refleja de forma muy natural uno de los lados más oscuros del ser humano: la memoria. A la larga puede haber perdón, pero difícilmente habrá olvido. La duda no resuelta con contundencia, la duda perdonada se arraiga en lo más profundo de la memoria, dispuesta a brotar cuando llueva el mínimo indicio. Cuántas actitudes, comportamientos y culturas de la vida existen y se mantienen sin que tengan ningún fundamento. Solo por formar parte de nuestras creencias más profundas, de nuestros miedos más primigenios, de nuestro ego, o de la cultura que nos impone nuestro entorno desde niños nos negamos a cambiarlas, a corregirlas.
Es un film bastante difícil de digerir y políticamente incorrecto, no ya por el retrato tan acertado que hace de la sociedad, sino que deja en evidencia lo vulnerables y lo poco preparados que estamos ante un caso de abuso a un menor, mucho más si no tenemos la certeza de que el verdugo sea culpable, ya que es una mancha que jamás podríamos borrar de su vida. Y es que se nota cuando un director es el guionista, y mucho más si la historia, como en el presente caso, marca al director. Según cuenta Vinterberg una noche de invierno recibió la visita de un psicólogo infantil, que con unos papeles en mano le hablaba de niños, fantasías y “recuerdos reprimidos”. No lo invitó a entrar ni leyó los papeles hasta bastante después, descubriendo que tenía una bomba entre manos, y dicho sea de paso, Vinterberg siente predilección hacia temas demoledores. Con la astucia y el pulso de un narrador de primera, y como es habitual en estos casos su factura técnica sigue la línea, corroborando la idea de que el cine se hace aunando estas condiciones y sin dar gato por liebre.
Las actuaciones son impecables, destacaría la impresionante interpretación de Mads Mikkelsen como Lucas, realiza un trabajo interpretativo soberbio, despampanante, sublime. Es increíble como es capaz de cambiar de registro en cada película de manera tan grácil. En esta ocasión, no dudamos ni un solo segundo de su personaje, en todas sus miradas se pueden apreciar una cantidad abrumadora de emociones totalmente sinceras. Tras verlo en multitud de roles de villano, sorprende dando vida a este buen hombre ordinario, que en cuestión de unos pocos días, toda su vida se desmorona sin control. A través de su expresión, su angustia y sus silencios, construye su personaje de forma perfecta y verosímil. El resto del reparto, están francamente correctos, Thomas Bo Larsen encarna a Theo, el mejor amigo de Lucas y padre de la pequeña Klara, con una actuación sobria. Anne Louise Hassing es Agnes la mujer de Theo y madre de Klara, interpretación bastante correcta. Y para finalizar, Annika Wedderkopp como Klara, la inocente niña, que logra interpretar al personaje con una naturalidad pasmosa, impropia de su edad.
En definitiva, fascinante y desgarrador drama, un arrogante desafío para el espectador como ser coherente, crítico y moral ante un cine que busca ir más allá de las propias imágenes que en él se muestran, busca cazar al espectador, apuntarle y hacerle temblar para que sea hábil y reaccione con aquello que no es tan agradable a la vista. Es una de las películas que más me han hecho pensar en mucho tiempo. "De la semilla más pequeña puede surgir el árbol más grande".
FilmeClub.com