Un suicidio a fondo perdido, el inexorable obligado cumplimiento de una promesa, callada devoción amorosa por una hija no conocida, sacrificio de una vida apenas vivida, alusiones a una ilusión nunca efectiva, contrato de vida que luce con esplendor todo su sombrío y penetrante contenido; una breve pero intensa historia de amor que intuye más que muestra, silencios abrumadores-miedos perceptibles-tensión en el ambiente, inquietante quietud ante la llegada de un desenlace previsto que emociona por su magistral lentitud y pausada agonía, hermosa lectura abatida de una triste esperanza nunca perdida, siniestro y cálido final para un recorrido abrupto, sin explicaciones pertinentes pero con mucha conmoción-alegría-pena-temor..., turbadora espera que a cada paso avanzado devora silenciosamente toda alma que se encuentra en su camino. El director David Lowery exhibe con mucho arte y acierto, con gran maestría e ideas muy claras un relato profundo e intimista, perverso en su belleza, amargo en su suave presencia, mártires delirios que beben de un fondo largo tiempo seco y vacío e interpretado con cálida melancolía por todos sus protagonistas; un guión de inagotable tristeza y belleza que captura tu esencia, argumento de eternidad romántica que vive de una vapuleada nada que hace tiempo fue algo tierno, eterno y bonito, maravillosa armonía relatada con espesa y soberbia melodía donde cada nota es un pozo de gran pesadumbre y suspiro vital. Bienvenida a una muerte anunciada sin hora de llegada con un palpable nerviosismo que asfixia el alma y enmudece al corazón, activo perdido que nunca fue ni nunca puedo haber sido a merced de un tenso y sufrido reloj cuyo minutero avanza a ritmo perverso y con frustrada ofuscación; brillante fotografía, tenue y apagada que vive de espléndidos amaneceres y fabulosos atardeceres para un lugar sin ley que vive del recuerdo, sutileza desgarradora de una comunicación ausente que lo llena todo, delicadeza de un baile-anticipo de una locura muda que alimenta una vida ya extraviada cuyo sustento es la ensoñación de un tiempo pasado donde la felicidad era un hecho demostrado pero poco apreciado en su valor auténtico; contundente blues seductor que hipnotiza y cautiva a fuego lento, con una excelente sobriedad pulso entre "Bonnie & Clyde" y "Malas tierras" que despierta pasión sin despeinarse y se gana tu aprobación sin demasiados contratiempos.