Últimas opiniones sobre El chico del millón de dólares

Página culera vale pa pura verga
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Excelente película para pasar un buen rato buena historia y buenos actores se puede recomendar a los amigos

El Chico del Millón de Dólares es una película entretenida y para de contar, ideal para ponerte a verla una tarde tonta y desconectar un rato.

Entretenida película sobre el mundo de los representantes de jugadores profesionales y en este caso del béisbol

Hace bien en avisarnos la propia película que lo que vamos a ver está basado en una historia real, porque de no ser así corrían el riesgo de que no nos creyéramos absolutamente nada. Lo cierto es que la historia es bastante inverosímil, un agente que no atraviesa su mejor momento y viendo cantar a Susan Boyle en Britain’s got talent se le ocurre organizar un concurso a nivel nacional en la India para encontrar a los mejores jugadores de cricket con la esperanza de que fichen por las Grandes Ligas de béisbol. Finalmente, a los elegidos ni siquiera les gusta el cricket, uno era lanzador de jabalina y el otro jugaba a hockey hierba, pero ambos tenían poderosos brazos capaces de lanzar la bola a la velocidad necesaria.
La mejor baza de esta película es la presencia de Jon Hamm, más desaliñado que en la serie que le ha dado fama internacional (Mad men), pero igual de encantador. Durante el viaje a la India, vemos al personaje de Jon Hamm como un pez fuera del agua, descontento con el calor, el ruido en las calles, la burocracia y los sobornos. Cuando la historia regresa a Los Ángeles serán los ganadores del concurso los que vivirán ese choque cultural, nunca habían subido en un ascensor, ni comido pizza y lo que más me sorprendió, desconocían el idioma. Pensaba que en la India todo el mundo hablaba inglés, pero parece ser que son sólo los que tienen acceso a un educación medianamente buena y este no es el caso de estos dos muchachos.
Este choque cultural de los dos atletas hindúes en California es la clave de que el proyecto de JB triunfe, los chicos no se adaptan, se sienten excluidos, echan de menos a sus familias, van de casa al entrenamiento y de vuelta a casa, no tienen tiempo de divertirse ni de comportarse como el resto de chicos de su edad y lo peor de todo es que no ven en JB el respaldo y la implicación que necesitan, para él sólo es un negocio. Los chicos encontraran ese apoyo y empatía en Brenda, la vecina de JB, que será la encargada de hacerle ver que su actitud no ayuda a los muchachos. La película trata de como esos chicos se convierten en deportistas de élite, pero también del viaje moral y emocional de JB, de su escala de valores y de cómo debe adecuarla a las nuevas circunstancias. Ya sabéis, esta es una historia Disney, tiene que tener moraleja.[...]
Saber que está basado en una historia real, le quita todo el suspense y la emoción, es bastante obvio y predecible que esto va a acabar bien, pero eso no impide pasar dos horas entretenidas y disfrutar de una historia inspiradora de superación personal, positiva y amable. No os perdáis los títulos de crédito finales donde pueden verse las imágenes reales de los auténticos Patel y Singh, sus primeros entrenamientos o su primer contacto con un ascensor.

En "Bienvenido Mr.Marshall" se canta a pulmón abierto "Americanos os recibimos con alegría, olé mi madre olé mi suegra olé mi tía..."; eso mismo debieron cantar en el sur de Asia al ver que no Bollywood sino toda una Disney se fijaba en ellos para rodar este "Slumdong millionaire" del béisbol, todo un sueño americano del deporte exportado a zona oriental, tierra devota de la pobreza extrema, la sencillez obligada, la ingenuidad innata y asiento del islam y de la santidad de las vacas y plasmado con la magnificencia y glamour que sólo ellos, los mágicos capitalistas señores de hacer don dinero, poseen para transformar bellos y deseosos cuentos en realidad deslumbrante y pasmosa aunque, aquí ya tenían medio camino recorrido al tratarse de una veracidad que sólo había que adornar en forma de mágico y hermoso relato de un sueño convertido en realidad, un perfecto "a dream come true" que gusta y se devora con facilidad de sumo placer digestivo y cómoda asimilación perceptiva.
Porque su credibilidad al 100% es dudosa dada la fragancia encantadora, jugosa, amable y feliz que respira por todos sus poros -¡el príncipe de Cenicienta lo tuvo más difícil para encontrar la dueña del zapato perdido!- aunque, supongo que es lo de menos pues únicamente tienes que dejarte llevar por su enamoramiento progresivo y evolución seductora y sobrellevar su dulzura general, ternura particular y lágrima ocasional de excesivo endulzamiento con ganas y decoro de inocencia pueril que quier creer y soñar con ellos.
Un argumento de evolución conocida de antemano, pasos anticipados de memoria de un guión basado en hechos reales llevado a la gran pantalla con corrección y eficiencia de sus intérpretes y toda una espléndida y magnífica fiesta fotográfica del lugar de rodaje, color, alegría baile y espíritu de vida que posee esta inconfundible tierra del sol candente, calor abrasador y rezo a una Meca que nada tiene que envidiar ni hacer al lado de su majestuoso y sublime Taj Mahal.
Un "Million dollar arm" americano nacido del concurso británico "Britain's got talent" para encontrar a la oportuna Susan Boyle -actual Paul Potts- que llene corazones y emociones almas expectantes, consumir y degustar este armonioso desfiles de figuras comodín que conforman un tablero de juego consabido, recorrido previsto y desenlace asumible y querido y que aporta sonrisa facilona y amable en rostro sentido y favorable a ello dispuesto a dejarse querer y llevar de la mano por la ruta agraciada de la lotería de Navidad gracias al esfuerzo y talento de dos chavales perdidos en el fin del mundo para unos ojos norteamericanos desesperados por reflotar y mantener un negocio aferrado y directo a su desaparición; la hada madrina toca a sus puertas y concede un deseo de genio de la lámpara, viajar a tierra prometida de fábula posible y enorgullecer a la familia que queda en inhóspita y recordada ausencia.
Es sencilla, simpática, graciosa y cordial, gustosa acogida de abrazo sabroso y tierno, de modo que sonríe, fantasea y vuela con sus protagonistas, siente ese guante perfecto en la mano, ese pie anclado en la hierba, colócate la gorra y proyecta con todas tus fuerzas ese disparo certero de una pelota de velocidad vertiginosa cuyo destino es el paraíso yanqui y su recompensa una vida jamás soñada.
Todos contentos y a disfrutar del aroma y perfume del cuento narrado.
¡Lanza y que empiece ya!