Seguro que si os propongo elaborar un listado de los títulos de ciencia-ficción más importantes de los últimos cincuenta años muchos nombraríais Alien o Blade Runner. Ambas películas fueron dirigidas por Ridley Scott, ese director tan conocido como irregular que es capaz de alternar dos títulos de la talla de los dos citados con otros tan lamentables como La Teniente O’Neil o El Consejero (sí, estoy poniendo por los suelos una película de mi Fassy). Si le echamos un vistazo a la filmografía de Scott de los últimos años, veremos que, desde Gladiator o American Gangster, la mayoría de sus películas han recibido más palos que aplausos pero, aun así, siempre que presenta proyecto, hace el suficiente ruido como para que el público pase por caja. Esta semana Ridley Scott nos trae Exodus: Dioses y Reyes.
Moises (Christian Bale) es un general egipcio emparentado con la familia real, que desconoce que, en realidad, es hijo de esclavos hebreos. Cuando, finalmente, descubre la verdad sobre sus orígenes, el curso de los acontecimientos cambiará de tal manera que acabará encabezando la rebelión de los hebreos contra los egipcios.
Exodus: Dioses y Reyes es una película de aventuras bíblicas que se sostiene, o al menos lo intenta, gracias al buen hacer de Christian Bale porque, por lo demás, cojea de tal manera que el resultado acaba siendo una cinta que, aunque entretenida, se acaba perdiendo entre la fanfarria de los efectos especiales y la indecisión de sus argumentos a favor o en contra de la religión.
Que Christian Bale esté a la altura no es ninguna sorpresa porque lleva ya unos cuantos años dando sobradas muestras de que es capaz de llevar el peso de una película, pero pretender que él, por sí solo, levante una superproducción de estas características es pedirle mucho a un actor. Y es que, aunque hay unos cuantos nombres de importancia en el reparto, nadie destaca lo suficiente como para poder secundar a Bale, primero, porque el único que, por papel, podría darle una réplica en condiciones a Christian Bale es Joel Edgerton (Ramses) y la contienda actoral entre ambos es tan desigual como la que vemos en la película entre sus personajes y, segundo, porque los papeles secundarios son demasiado secundarios como para que tengan la más mínima relevancia. Y eso que por Exodus: Dioses y Reyes desfilan actores y actrices tan conocidos como John Turturro, Ben Kingsley, Sigourney Weaver, Aaron Paul o la actriz española María Valverde.
Uno de los aspectos más relevantes de la película y el que podría haber hecho que Exodus: Dioses y Reyes hubiera marcado la diferencia es el tratamiento de los sucesos sobrenaturales relacionados con la figura de Moisés. Desde el primer momento, da la sensación de que Ridley Scott prefiere darnos la oportunidad de que seamos nosotros mismos los que decidamos si Moisés habla con Dios o si son imaginaciones suyas. Pienso que es muy hábil dar la posibilidad de que creer que la explicación científica es tan plausible como la religiosa en hechos tan conocidos como, por ejemplo, los referentes a las plagas que cayeron sobre los egipcios por no dejar que los judíos se fueran, pero esos aciertos iniciales de poco valen cuando, al final, toca recurrir a actos de fe aderezados con unos efectos especiales no muy conseguidos para hacer que la historia sea consecuente con el desenlace que todos esperamos.
Exodus: Dioses y Reyes es la nueva aportación de Ridley Scott al cine de aventuras épicas. Ya tenemos claro que Scott siente predilección por este género pero, una vez más, el resultado no es el esperado. Lo que realmente da que pensar es el rumbo que está tomando la carrera de Scott en los últimos años ya que cada vez abundan más las películas mediocres en su filmografía por eso la duda me corroe ¿lo de Ridley Scott con Alien o Blade Runner fue pura suerte o es que ya no sabe elegir sus proyectos?