Terapia a un indio pies negro, es lo que vas a encontrar; literalmente, dos horas de terapia a un indio pies negro. Y no albergues esperanzas de encontrar una vida fascinante con sucesos tormentosos que mantenga viva la llama de tu sabroso espíritu; hablamos de traumas infantiles, remordimientos juveniles, pesares adultos, lamentaciones pasadas, culpabilidad sacrificada..., lo que puedes encontrar en tu propia vida -ahora es metafórico, no literal!!!-. Que si..., el antropólogo, falso psicoanalista, que le trata es curioso y simpático -incluso más interesante que el propio protagonista-; que si..., Benicio del Toro está genial y es el mayor atractivo de la película; que si..., es placentera, gentil y agradable de seguir -debo conformarme?- que si..., cuando comparten cámara ambos actores, la química entre ellos es fantástica -pero no sirve de mucho más!!!- aunque..., conforme pasan los minutos y ves lo que NO hay -un interesante relato que capte y mantenga tu atención-, descubres la sorpresa de una anonadada somnolencia inesperada que se apodera de ti -falta de aliciente y perspicacia en lo relatado- y observas tu lento desapego respecto de un personaje que, en principio, quieres conocer -pero te puede el cansancio y un leve no-admitido aburrimiento-, no te cabe otra que sentenciar..., haber visto una lánguida y poco motivada sesión de terapia a un indio pies negro, literalmente dos horas de terapia a un indio pies negro, sin nada más que añadir. Lo bueno es que puedes levantarte al baño, salir a fumar un cigarro, contestar un whatsApp, hacer una mini cabezadita, bostezar disimuladamente..., y no te perderás nada. Realmente espero que el libro en el que se basa el relato sea más fascinante!!!