Un western animado, con ratones y gatos
por Rodolfo SánchezFievel y el Nuevo Mundo, producida en 1986, supuso un gran éxito en taquilla así como una película ingeniosamente concebida por sus productoras en el terreno propagandístico: Fivel es un ratón ruso que llega a Nueva York… y descubre un nuevo mundo de oportunidades gracias al capitalismo. Aunque, en el fondo, anida el clásico relato de los emigrantes llegados a Estados Unidos, y por ello mismo posee un gran interés, aparte de su calidad técnica en el terreno de la animación. Su secuela, rodada cinco años después, Fievel va al oeste, busca sacar partido al simpático ratón e introducirle en uno de los géneros clásicos del cine norteamericano con una narración divertida y entretenida que juega con los elementos del western a la perfección y entrega una cinta estupenda que sobre todo gustará a los niños pero que también puede gustar a los adultos gracias a su desinhibición y a su total entrega al entretenimiento puro y duro. Buena película.
A favor: El juego con el género y el ratón, es simpático.
En contra: Que como película de animación no se tome en serio.