Una luz tenue descubre un cuerpo desnudo que se mueve lentamente, tiembla. La imagen está distante de tener las proporciones habituales en cine, es vertical. La grabación experimental da comienzo a una historia, la de un hombre y una mujer llamados Adán y Eva, su unión, acompañada de una sonoridad compuesta por el pálpito de los corazones y el silencio.
Grandiex, entusiasta del video experimental y documental, trabaja una vez más con el cuerpo humano en este sugestivo filme físico.