Al ser elegido como director, Enzo y su socio de escritura estuvieron una semana reescribiendo el guión para hacerlo más orientado a la acción y menos parecido a una "telenovela".
En aquel momento, se trató de una de las películas con mayor presupuesto de Italia (detrás de 'El bueno, el feo y el malo' (1966), parcialmente financiado con dinero americano a través de United Artists).