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    No confíes en nadie
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    No confíes en nadie

    Ni un memento de respiro

    por Suso Aira

    Todavía caliente el cuerpo del gigantesco Brian Clemens y van y aparecen por nuestras carteleras dos películas que le citan y homenajean de forma tan directa como simpática. Una es la excelente Kingsman. Servicio Secreto, y la otra, más chiquita, más condenada a pasar de puntillas por los cines y a ser despachada con tópicos desganados por los tópicos y desganados críticos mainstream habituales, es esta serie B titulada de manera ya directamente pulp: No confíes en nadie. Está en ella, en su trama en apariencia enrevesada, en el juego del gato y el ratón con las sorpresas y los twists finales, el espíritu del Brian Clemens que creara y escribiera todos los episodios de esa joya televisiva británica que conocimos en la España de los 70 como Tensión.

    Un episodio de Tensión, con poco más de media hora más de metraje para conseguir la certificación de eso, de largometraje (y le sobran esos 30 minutos; lástima que ya nadie quiera hacer pelis de 70 minutos), es lo que es No confíes en nadie. Y es asimismo un nuevo Luz de gas decimonónico disfrazado de conspiranoico thriller conyugal que despoja de intensidad y calado dramático a la premisa magistral del Memento de Christopher Nolan para vestirla con un traje a la medida de una actriz con ganas de ser otra de esas heroínas del thriller sesentero y setentero tipo la Audrey Hepburn de Sola en la oscuridad, la Mia Farrow de Terror ciego, la Elizabeth Taylor de Una hora en la noche o la Doris Day de Un grito en la niebla. ¿Previsible? Pues sí ¿y qué? Lo de menos es que sepas a los veinte minutos de proyección por dónde irán los tiros porque la película lo asume igual que asume las convenciones del género, con modestia, pero sabiendo que el aburrimiento jamás aparecerá y que seguramente habrá algunos espectadores (como quien esto escribe) que sepan apreciar su deudora referencia a Clemens y a cierto cine.

    A favor: Su cariñosa declaración de amor al thriller psicológico tramposo.

    En contra: Se echa de menos un director con mayor enjundia.

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