Captain America: Civil War es una emocionante aventura que conjunta adecuadamente los elementos de las cintas anteriores.
Antes que nada debo aclarar que soy de los que piensan que si un actor debe o va a interpretar a un personaje, debe guardar similitudes con éste. Por un lado, que lo sepa interpretar, que sepa meterse en su psicología y que nos haga creer que lo que vemos en pantalla es una traducción del lenguaje épico visto y leído en los impresos. Después está, por supuesto, la apariencia física. Seguramente para muchos este es un detalle menor, que tiene poco cuidado, pero yo lo considero importante. Si no, entonces ¿por qué hay actores que sí se parecen a los personajes que interpretan? Tenemos varios ejemplos positivos que respaldan este criterio. Por el otro lado, tenemos un caso especial: actores que no se parecen a sus personajes, pero logran convertirse en ellos gracias a estupendas actuaciones.
Pues bien, además de este aspecto, considero que hay otro muy importante: la fidelidad a la historia original, la historia del impreso. De entrada, sé que lo que pido es casi imposible por innumerables razones: presupuesto, tiempos, locaciones, guiones, la dirección, la distribución, entre muchos factores más. Es sumamente difícil pedir una adaptación fiel -por no decir "exacta"- de lo que leemos en el cómic, así que al menos rezamos porque lo que vamos a ver tenga referencias o una mínima inspiración en nuestras historias preferidas. Llegado a este punto, tras ver Capitán América: Guerra Civil (Captain America: Civil War) se puede entender que los directores Anthonie & Joe Russo -responsables de la cinta anterior El Soldado del invierno (The Winter Soldier) allá en 2014- lograron crear una historia que retoma cabos sueltos; vamos, el enfoque político realista que vimos en aquella película fue estupendo para ver una cinta de acción e intriga que sorprendió y maravilló a miles de fans. En parte, para que esto se diera, un acierto que tuvo esa cinta, y la actual, fue que los directores echaron mano para desarrollar una elemento trascendente en cualquier historia: el contexto. Mientras que en la primera película de Steve Rogers tenemos el origen y cómo fue que se sumergió en el universo de Los Vengadores, en Soldado del invierno tenemos a un Capitán América situado en la realidad, en nuestra época, entonces, muy al estilo de (perdonen ustedes) El Hombre de Acero y Batman v Superman, encontramos a un personaje del cual el mundo actual conoce poco y por ende, lo primero que siente es desconfianza. Presenciamos un universo donde las consecuencias que vimos surgir en los filmes pasados (las catástrofes ocurridas en Nueva York con Loki; Siberia y Sokovia con Ultrón) ahora tienen repercusiones reales, importantes y trascendentales aquí. Este es un gran acierto y un recurso narrativo que los Russo han sabido explotar en las dos películas de Rogers.
Chris Evans sigue demostrando, como Jackman con Wolverine, que no hay mejor actor para interpretar al Capitán América. Lo mismo puede decirse de Robert Downey Jr., quien nuevamente entrega un personaje redondo y con ideales claros, aunque ligeramente comunes como en el cómic, lo que es un acierto, pero más que esto, vemos personajes que logran hacer de la película algo profundo e interesante; de la misma forma que Nolan hizo de The Dark Knight Rises una cinta de análisis socio-político acerca del mundo actual, algo similar puede apreciarse en Guerra Civil, donde, como dije arriba, las consecuencias de los filmes anteriores ahora cobran importancia y factura a "los buenos" de la película. Vemos a muchos personajes, y la gran mayoría es correctamente insertada en la historia sin que ésta se sienta artificial o inorgánica, sino todo lo opuesto. Y retomando esta parte de la realidad, son claros los bandos que vemos, y de la misma manera que los Russo delinearon cuidadosamente la psicología de los protagonistas, lo mismo puede sentirse no sólo en sus ideales, sino en su trascendencia como individuos: tenemos a un Tony Stark que, movido por la culpa de una integrante de Recursos Humanos del Estado, decide aceptar la petición de ser custodiado y vigilado por el gobierno y así estar "seguro y fuera de peligro" y emplear su tecnología, gadgets e inteligencia cuando se lo pidan. Este pequeño motivo, en el impreso, tiene más credibilidad y peso, y el matiz que Stark imprime en la escena es un tanto risible...; en el lado opuesto, en este sentido, las razones de Steve lucen más verosímiles. Así, los ideales se separan, las divergencias ocurren y el mundo de Los Vengadores, como lo hemos conocido desde el 2012, se diluye.
Los efectos cumplen, aunque por ahí hay varios personajes que al volar su movimiento llega a sentirse falso...; la fotografía cumple y, punto aparte, se nota que la producción no escatimó en locaciones; la enunciación de ciudades a là Power Point es interesante; a la par de los efectos visuales tenemos las coreografías y un humor inteligente, natural y fácilmente accesible para el público. En este mismo rubro, el visual, las coreografías están a la altura de lo esperado y, sí, la muy emocionante inclusión de Tom Holland como Peter Parker/Spiderman hace reír, divierte, lo notamos cómodo con el personaje y sus movimiento arácnidos están bien hechos, mismo caso para Paul Rudd como Scott Lang/Ant-Man cuyas escenas de acciones son increíbles. Un aspecto negativo que la cinta tiene en este sentido, particularmente en el primer acto, es que la cámara van tan rápido que no es fácil seguir lo que pasa y tenemos que adivinar un poco quién le pegó a quién y a dónde fue a dar...
La historia, debido al ritmo y estructura del guión, adquiere un tono pausado y muchas de sus escenas lucen como preparativos para que llegue lo que esperamos, pero aquí esto no luce como un defecto: nos prepara para el desenlace que vimos en los avances, en los adelantos, y nos hace disfrutar, sin sentirlo exagerado, el momento vs, aunque siendo honesto, resulta sólo un poco más creíble que en la batalla del Caballero Oscuro y el Hijo de Kriptón, pero qué decir... La historia cumple, tenemos referencias al famoso cómic en el que se basa la película, y algunas escenas que recuerdan a otras cintas de Marvel Studios pero no las de Los Vengadores; de igual forma algunas coreografías se sienten recicladas, nada malo pero poco "original". Steve Rogers y Tony Stark han elegido su camino, sus consecuencias ahora no sólo son globales sino también reales, la historia toma su camino, su ritmo, su lugar y acomoda sus piezas, al mismo tiempo que ver a Black Panter y Spiderman deleita completamente y nos lleva a querer ver ya sus filmes individuales.
Es una película que considero muy buena, pero con sus detalles: el movimiento cámara, la no tan apegada fidelidad al cómic y un poco la motivación del encuentro final. Los Russo armaron con ganas una historia de cómic que ahora recibe tintes y tonos políticos, un filme que efectivamente sienta las bases para la Fase 3 del Universo MARVEL, mientras nos encaminamos al esperado evento conocido como Las Guerras del Infinito el próximo año.
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