No te dejes engañar; ni el Tarantino latino ni el nuevo Robert Rodríguez ni Dios que lo fundó!!! Nada más empezar sabes que vas a ver algo diferente y distinto, personajes extremos y estrafalarios, difíciles de seguir y comprender; pero decides darle una oportunidad, espacio y tiempo suficiente para desenvolverse pues siempre es bueno que te sorprendan y te muestren un formato novedoso e innovador. Conforme avanza y ves el discurrir de la violencia gratuita, del sin-sentido en lo peor de la acepción, de la poca inclinación a exhibir algo interesante, de la nula disposición propia en tu posible apego a lo que sea..., sigues transigiendo con la esperanza de ver una pizca, migaja de perspectiva e ilusión que te permita aprobar, al menos, dicho largometraje. Abandona; no lo vas a encontrar. Presentada como comedia negra, el más puro gore argentino, este trabajo de Nicanor Loreti no permite decir ni mucho ni poco; nada, el más absoluto mutismo ante una película que, simplemente, ni marcha ni funciona. Aunque, no voy a negar lo que hay; buena fotografía -con gran contraste visual- y unas sólidas actuaciones; sólo que no lo suficiente para mantener el imán, la atracción del espectador. Ya no me vale que me vendan como ópera prima, como cinta de culto lo que en el fondo no es más que un bodrio agotador difícil de terminar.