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    El caso Fritz Bauer
    Críticas
    3,5
    Buena
    El caso Fritz Bauer

    Serial político

    por Alberto Lechuga

    "Alemania está orgullosa de su milagro económico. También está orgullosa de ser la patria de Goethe y Beethoven. Pero también es la tierra de Hitler, Eichmann y sus muchos cómplices y simpatizantes. Pero así como tenemos el día y la noche, también la historia de cada pueblo tiene sus partes claras y sombrías. Creo que la nueva generación alemana está preparada para descubrir toda la verdad, todo lo que a sus padres aun les resulta difícil superar."

    El caso Fritz Bauer se abre con un fragmento de la emisión televisiva en la que el auténtico Bauer pronunció estas palabras valientes y justas. Tras el corte a negro, el timbrazo de un teléfono irrumpe en pantalla para  trasladarnos, ya en la ficción, a finales de los años 50 en Frankfurt. Bauer yace en la bañera sin conocimiento y el agua desbordada hace temer lo peor a su ayudante personal, que le trae la compra. Pero Bauer no está muerto, todavía le quedaría más de una década de vida consagrada a reconciliar al pueblo alemán con la Justicia.

    La contraposición de estos dos planteamientos que dan inicio al filme ya da buena cuenta de la dinámica sobre la que basculará la película de Lars Kraume. Por una parte, el thriller histórico: el emocionante retrato de la lucha de un hombre contra la cultura del olvido, el reflejo de la inquebrantable voluntad de un Fiscal General por descorrer la cortina de una RFA que, tras el manto de la prosperidad económica, todavía cobijaba a personalidades vinculadas al nazismo en todas sus altas esferas. Cuando Bauer recibe desde Argentina una carta que le pone en aviso sobre el paradero de Adolf Eichmann, comenzará una partida de ajedrez en la que las fichas replicarán jugadas propias del cine de espías (reuniones secretas, investigaciones confidenciales, servicios de inteligencia, traiciones y confidencias...) para atrapar al terrible autor de la solución final. Aunque ya no volveremos a ver al Bauer original en pantalla, Kraume replica con fidelidad  algunos de los documentos audiovisuales que existen del jurista judío, como la conmovedora intervención de Bauer en el programa La Bodega (no duden en buscar el fragmento en youtube). "No podemos estar orgullosos de los bosques o de Goethe, no los hemos creado nosotros, solo podemos estar orgullosos de la bondad que creemos». Tras su paso por el programa, Bauer recibirá felicitaciones afectuosas de la juventud alemana que ve en sus palabras las bases sobre las que reconstruir su identidad frente a la vieja y siniestra Alemania que simbolizan las anónimas amenazas de muerte que encontrará Bauer en el buzón al llegar a casa. Bauer tiene la convicción de que, precísamente, llevar a un "personaje central" como Eichmann ante la justicia alemana será el exorcismo que la sociedad necesita para exponer sus heridas y empezar a edificar con éstas ya cicatrizadas.

    Volvamos a la escena inicial de la bañera. Bauer fue hallado muerto en su casa de Frankfurt el 1 de julio del 68 en las mismas condiciones que recrea la escena: en su bañera y con somníferos en su organismo. Sin embargo, el carácter tenaz de Bauer y la singularidad de los acontecimientos de reacción a su fallecimiento – el rechazo a una obducción judicial seguida de su apresurada incineración – han levantado todo tipo de dudas razonables sobre la naturaleza de su muerte. La película comienza pues con la recreación de la escena de la muerte de Bauer, solo que ésta vez, es el comienzo: Bauer se recuperará del trance de la bañera y le veremos iniciar a partir de ese momento su enérgica batalla. Mediante esta argucia Kraume ya nos está señalando el carácter casi de leyenda que dibuja su retrato de Bauer. Lejos del ambiente opresivo debería tener por defecto, el espíritu de El caso Fritz Bauer está más cercano a un BD de intriga y misterio, y la carismática interpretación de Burghart Klaußner (La Cinta Blanca) dota a Bauer del aura mítico de un personaje ciertamente novelesco. Así las cosas, Kraume introduce pronto una subtrama de pura ficción que inserta el relato en una suerte de noir de callejones solitarios, encuentros en coches bajo la lluvia y clubes secretos con carteles de neón rojo. Que el protagonista de esta subtrama sea Ronald Zehrfeld nos hace pensar en seguida en Phoenix (C. Petzold), pero quizás el referente de este entretenido cóctel de thriller político + noir histórico habría que buscarlo en la saga del detective Bernie Gunther imaginada por el escritor escocés Philip Kerr.

    A favor: que reivindique la figura importante de Fritz Bauer al tiempo que lo convierte en atractivo personaje de ficción

    En contra: como serial le falta más punch, como thriller histórico es a veces algo televisivo

     

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