Atrevida película chilena sobre la soledad madura, la positiva constancia de no desfallecer y la agotadora tarea de mantener intacto tu optimismo, tu imperturbable esencia tan dura y repetidamente golpeada; una emotiva y maravillosa Paulina García, alma mater de toda la historia, que te lleva y transporta por su largo peregrinaje de esperanza y desolación. Tan sincera como humana, tan radical como dolorosa, tan humillante como esperanzadora..., un sinfín de emociones agrupadas todas en una misma mujer que, con toda la fuerza de su corazón, de ese fecundo yo interior, se resiste, se agarra, se nutre de la más mínima ráfaga de viento para poder respirar el aire necesario para continuar y no caer. Un baile de emociones y sensaciones,magníficamente conducido por su actriz protagonista y por la sencilla y modesta dirección que sabe no destacar para que luzca el personaje -más una sorprendente y pegadiza banda sonora-. Ahora..., con todo lo dicho, de lo que me ratifico -sin lugar a dudas-, algo falla pues no logras sentir la comedia que esconde tan profundo drama, su supuesta mordaz e incisiva personalidad; sólo eres capaz de captar su dolor, su descenso, su resistencia diaria, sus firmes pasos..., pero con la excesiva duración de la cinta, el personaje llega a fatigar -aunque sea sólo levemente-, te extenúa su andar, no logras sentir lo que el trailer y el cartel llegan a insinuar, esa fundamental elevación que te pasa por delante sin llegar a sugestionarte pues, reconozco al personaje y sus sentimientos, puedo leerlos y observarlos aunque..., no me siento hipnotizada por ella, es más, estoy deseando que acabe la cinta!