La película se estrena el día que según los mayas se terminará el mundo, el día en el que precisamente está ambientada la película.
La película se rodó durante el verano en un piso del barrio de Lavapiés, alternando con localizaciones de la plaza Tirso de Molina y del Templo de Debot.
Se trata de la primera película del director Alfonso Cortés-Cavanillas. Al no recibir ayudas ni subvenciones, el film se rodó de manera independiente.