Crítica de SensaCine.com para 7 cajas: Mercado de vida y muerte

Se encuentra la cinematografía paraguaya todavía en un punto de incipiente proyección. Comienza a dar sus primeros pasos, pero lo que sorprende es que sean tan sólidos. Hay ímpetu y fuerza, muchas ganas de hacer cine en '7 cajas', película dirigida por Juan Carlos Maneglia y Tana Schemborique ganó en la sección de Cine en Construcción del Festival de San Sebastián.

La película nos introduce en un escenario único y asfixiante, el Mercado 4 de Asunción, de unas dimensiones descomunales en los que se puede vender y comprar cualquier cosa, en el que el dinero se convierte en la fuente de todo, en una necesidad de vital, en un objeto de deseo que lleva al ser humano a sacar lo peor de sí mis

mo, a jugarse la piel por un trozo de billete. Miles de tiendas amontonadas formando sinuosos pasajes atestados de gente, desperdicios por todas partes, suciedad, bullicio, corrupción, explotación y, en medio de todo eso, un chaval, Víctor, que se embelesa cada vez que ve algo por la televisión y que lo único que quiere es comprarse un teléfono móvil para poder registrar las imágenes que ve, y así poder sentirse una estrella catódica. Un alma pura dentro de un ambiente hostil, en el que las necesidades más urgentes convierten a la gente en monstruos capaces de cualquier cosa.

'7 cajas' es una crónica social callejera que nos muestra un panorama decrépito, pero sobre todo es un thriller apasionante, que no da lugar al respiro, que nos muestra a unos personajes en perpetuo movimiento, escapando dentro de ese maremágnum de escondrijos con esas aparatosas carretillas que utiliza el protagonista para transportar el delicado material que contienen esas siete cajas a las que hace referencia el título.

Película de una gran fuerza visual, que no se regodea en la miseria circundante sino que la utiliza para conformar un mosaico terrible en torno a la violencia que puede despertarse a partir de la circunstancia más banal. La cámara avanza impetuosa, con un brío avasallador y por el camino, nos desvela muchas de las miserias de la condición humana.

A favor: Su propuesta visual y su capacidad para generar tensión dentro de un torbellino de cine negro explosivo.

En contra: Algunas líneas argumentales paralelas que no aportan demasiado.