Mi cuenta
    The Guest
    Críticas
    3,5
    Buena
    The Guest

    David, el icono

    por Violeta Kovacsics

    Cuando David sale del baño, su torso desnudo desprende vapor. Cuando David carga un bidón lo hace con un solo brazo, apoyando el pesado objeto en su hombro. Con estilo. David es un icono. De hecho, podría tener el rostro impertérrito de Ryan Gosling, podría tener el gesto hierático de este en las películas de Nicholas Winding Refn. David no tiene apellido y aparece de la nada. Un día, se planta en la puerta de los Peterson y aprovecha su encanto y el duelo familiar tras la muerte de un hijo en la guerra para penetrar e instalarse en su hogar.

    David es The Guest, una película con la que Adam Wingard vuelve a dinamitar las bases del núcleo familiar. El director de Tennessee había hecho lo propio en You're Next, un filme que se encerraba en una casa para contemplar una cruenta masacre. En The Guest, los escenarios cambian, pero en el centro sigue estando la familia, seducida por el impecable y misterioso David.

    Sin embargo, el argumento es lo de menos. La familia es lo de menos. Lo que importa aquí es que David, cuando sale del baño, desprende vapor del torso. Importa el icono. Importa el tono, tan al límite que resulta cómico, que hace de David una suerte de parodia de si mismo. E importa la estilización que propone Wingard. Los colores, saturados. Las sábanas blancas, que ondean en el momento previo a un duelo. Importa el viaje que el cineasta hace hacia otra estética, como si la película fuese de otra época. Como en el cine de Nicholas Winding Refn o como en la reciente Cold in July, en la que la nostalgia explota de manera estilizada, y la violencia está tanto en el plano físico como en la paleta de colores. La única manera de mirar hacia atrás parece estar en la exacerbación del pasado, a partir de una exaltación de la estética. El argumento no importa, no es más que una coartada. Lo que importa es el vapor, el icono, la imagen.

    A favor: Su apabullante propuesta estética.

    En contra: Un argumento volátil como una pluma.

    ¿Quieres leer más críticas?
    Back to Top