Superhéroes contemporáneos
por Violeta KovacsicsAntes del comienzo de la película, el director Zack Snyder se dirigió a los asistentes a través de un vídeo en el que pedía que no desvelásemos ningún detalle sensible del argumento, para que aquellos que viesen Batman v Superman después que nosotros pudiesen disfrutar de una experiencia “spoiler free”. Así son los tiempos que corren, libres de gluten, libres de alcohol, libres de spoilers. Hay que callar o hablar con la boca pequeña, porque las advertencias están ahí, para recordarnos de los peligros del spoiler. Estos también son tiempos de narraciones fragmentadas, de imágenes sublimadas.
En Batman v Superman, la narración se construye a golpes, a puñetazo limpio, a base de elipsis, montajes en paralelo, flashbacks y premoniciones. Ya no hace falta ver cómo el héroe sube a un coche en plena carrera. Así es como se presenta a un Bruce Wayne ya adulto, que corre para intentar salvar a los suyos de una amenaza extraterrestre. En Batman v Superman, el hombre murciélago se construye mediante un doble trauma: el generado por el ataque de Kripton y otro más clásico, el de la muerte de los padres cuando él era apenas un niño. ¿Cuántas veces hemos visto este momento, esta escena fundacional, este instante trágico, el origen, el trauma de Batman? Snyder filma la escena exacerbando el detalle: el ruido de las perlas al caer, la pistola rodeada del collar, los rostros sobre el suelo.
En Batman v Superman, el pequeño Bruce y sus padres salen de ver Excalibur de John Boorman cuando un ladrón asesina a los dos adultos para quedarse con un collar de perlas. La actualitzación es evidente: la infancia discurre en los años ochenta, así que el presente resulta esencialmente actual. Una de las primeras frases con peso de la película hace referencia a terroristas, y el lugar en el que se libró la batalla contra los alienígenas es una suerte de zona cero. Así, la disputa entre Batman y Superman, la presencia de monstruos sin sexo o el juego de pistas que propone Lex Luthor no hacen más que envolver el trauma definitivo, la herida abierta con el 11S.
En Batman v Superman se pueden reconocer algunas de las maneras de Nolan, el gusto por la épica propio de El caballero oscuro; y la tendencia a la fragmentación perfectamente definida en Origen. Snyder ha tomado las maneras de Nolan y las ha puesto al servicio de la fórmula inaugurada en la saga en torno a los Vengadores: hay unos que son de este mundo (Iron Man y Batman) y otros que no (Thor y Superman). Hay ricachones incontestables (Iron Man y Batman) y dioses que generan un fundamentalismo propio de la religión (Thor y Superman). En definitiva: puro presente.
A favor: La manera desmenuzada con la que se plantea el asunto.
En contra: Que pierda personalidad en beneficio de emular las maneras del cine de otras sagas.