Atmósferas y personajes
por Quim CasasAunque narra la historia de un personaje, el encarnado por Ariadna Gil, que arrastra todos los traumas imaginables en una película (un divorcio doloroso, la imposibilidad de ver a sus hijas, el alcoholismo, una incierta situación profesional pese al éxito logrado, una trama criminal, el peso de un pasado violento), "Sola contigo" es más una película de atmósferas (atormentadas) que de personajes (a punto de tocar fondo). El problema es que si abunda el cliché en la concepción de esos personajes, la atmósfera que va derivando del drama al relato de intriga tampoco alcanza una mayor importancia y todo termina desajustándose, personajes e historia, trama y ambiente sórdido.
El argentino Alberto Lecchi ya había dirigido en un par de ocasiones a Ariadna Gil, así que se entienden bien y la actriz logra dotar de cierta envergadura a un personaje delineado en el guión a golpe de situaciones fuertes, nunca en continuidad y evolución dramática: los eventos antes que los caracteres. Que el relato derive hacia una trama de dudas e incertezas más propias de filmes de terror tipo 'Sé lo que hicisteis el último verano' (el pasado que regresa para cobrarse una deuda de sangre sin saldar) no ayuda a hacer más creíble la peripecia existencial de esta mujer con éxito social y existencia calamitosa en todo lo demás.
Lecchi mueve muchas piezas, pero la sensación es que no sabe engarzarlas y prefiere jugar a géneros distintos a la espera de conseguir esa atmósfera única y precisa que dote de originalidad a su propuesta. "Sola contigo" es de este modo un vaivén, un carrusel de momentos desajustados en el que una situación lleva a la otra sin solución de continuidad y a veces se tiene la molesta sensación de que el director ya ha perdido de vista la esencia de lo que quería contar. En productos de este tipo, la corrección formal acostumbra a ser el peor enemigo. Lo que le falta a "Sola contigo" es un mayor arrojo en todos los sentidos para superar los encorsetados límites de su planteamiento.
A favor: la convicción de los actores en personajes que tocan fondo antes de tiempo.
En contra: la incerteza entre géneros, la acumulación de efectos dramáticos.