"El Sexto Sentido" es un filme que obtuvo seis nominaciones a los Oscar, entre los que se encuentran mejor película y mejor guión original. M. Night Shyamalan marcó lo que para mi opinión sería la tendencia que llevaría en pantalla este director que con esta cinta abrió en cierto modo una forma de ver una fusión de géneros de manera muy armónica: drama, terror, suspense, en un mismo film. Lo que le valió no sólo abrirse un hueco en el panorama de la industria, sino que muchos somos los que seguimos a este director desde entonces, donde se ve la evolución de su visión de este género que necesita más de este tipo de filmes. El director consigue dotar un ambiente inquietante, nos va envolviendo en los miedos del niño y consigue sacudirnos con un final antológico. No es una película de horror visceral, pero cada secuencia parece tocar alguna fibra de nuestros miedos más intensos de la niñez: soledad, angustia, fantasmas debajo de la cama.
Conmovedora y turbadora, expone en imágenes muy sugerentes un terror próximo a lo real, en un clima tenebroso, conducido por un libreto lleno de sorpresas y suspense que nos lleva por insólitos pasajes hasta casi no saber dónde está la verdad del enigma. Tan es así, que el espectador sale engañado tras el visionado, burlado por el director. Y es que en el transcurso de la trama vamos dando por ciertos aspectos que posteriormente resultan de manera distinta, Shyamalan nos engaña alevosía mente. Un plus adicional es como se desarrollan los hilos de la trama, cuando vemos la trayectoria de las películas de este director, nos damos cuenta que no da puntada sin hilo, cada escena, secuencia, personaje, está hecho para garantizar no solo continuidad en la historia sino para que puedas ir involucrando tu cerebro en lo que estás viendo con el ritmo adecuado, sin recurrir muchas veces a lo sencillo.
A los amantes del género de terror nos cuesta descubrir buenas películas de dicho género, la mayoría caen en clichés y no se realizan bien. Además, no sorprenden y quedan en el olvido, pero esta marcó la diferencia. No necesitó casas encantadas ni asesinos en serie para crear suspense y crear una historia que atrapase y sorprendiera al espectador. La magia de "El Sexto Sentido" reside en el dominio de un guión sorprendente y la inteligencia de Shyamalan que nos deja boquiabiertos. En sí, nos plantea una sencilla trama, un psicólogo que está tratando de ayudar a su paciente. Pero a medida que avanza el filme se va vistiendo con tintes misteriosos y oscuros que van configurando lentamente una atmósfera de terror psicológico que nos acompañara durante la cinta.
Las actuaciones son inmejorables, mostrando con maestría el drama vivido por su personaje principal Cole Sear interpretado de forma excepcional por Haley Joel Osment (le valió una nominación a los Oscar como mejor actor de reparto) hace que no sólo sientas la historia con empatía, metiéndote de lleno en la trama con dosis de ternura y terror. Vas viviendo con este personaje cada una de las secuencias de la película hasta llegar a ponerte en su situación casi sin darte cuenta. Una actuación notable que le dio a la cinta ese toque de ingenuidad pérdida y destrozada por una situación agónica que para un niño es difícil de entender. Bruce Willis tengo que decir, que su personaje me sorprendió gratamente. Siempre le había visto en cintas de otro estilo: pegando tiros, saltando de azoteas… Y aquí mostró que puede hacer un papel distinto a este. Su mirada de hielo, sus gestos y el timbre de su voz son exactamente lo que requería este personaje.
En definitiva, una película con un componente sencillo de entender pero bien plasmado. Un ritmo adecuado, personajes sólidos, con una trama insólita y eficaz. Una dirección tensa y dramática, y un guión excelente e inesperado. Impone al espectador meditarla, no solo para cerciorarse de lo bien que se plantean los desenlaces, sino también porque sirve de telón de fondo para varias reflexiones, por ejemplo, sobre la terapia de como enfrentar los miedos. En este sentido puede ser vista incluso como motivacional, pues al finalizar en el enfrentar al monstruo, está la salvación de la construcción del sujeto como persona.