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    Eternal
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Eternal

    Este cuerpo no es el mío

    por Suso Aira

    Viendo esta entretenida y más que interesante nueva incursión en la ciencia ficción tanto del director, Tarsem Singh (tras La celda) como de sus guionistas, los españoles Álex y David Pastor (Los últimos días), casi parece que su estructura abiertamente dividida en dos partes, ambas muy diferentes en temas de estilo, obedeciera a la fusión de dos películas diferentes pero complementarias, una, toda la primera parte en la cual aparece el personaje de Ben Kingsley, firmada por el preciosista y barroco autor de Inmortals (ya el título era una premonición) y la otra, la segunda, un thriller fantacientífico en tono de persecución y huida (El fugitivo, o su setentera variación ci-fi televisiva que fuera El inmortal, con Christopher George, se encuentra con Starman), firmada por los hermanos Pastor prosiguiendo su debut USA con Infectados. Esa dualidad, que es asimismo el leit motiv de la película, por supuesto que no obedece a un capricho de los responsables de Eternal, sino que se halla plenamente justificada por su trama. Lo que no es óbice para que Singh sea más él mismo en ese apartamento de dios mitológico opulento y bañado en oro donde vive el moribundo multimillonario sin corazón, que en las sucesivas peripecias que vivirá su reencarnación en forma de Ryan Reynolds, filmadas de una manera muy setentera y ochentera, con una caligrafía muy reconocible aunque algo impersonal.

    No haré ningún spoiler sobre el argumento y su resolución (aunque los Pastor son unos sentimentales, eso es evidente), pero sí que saludaré y felicitaré por el look que tanto la historia como su realización tienen: el de alguna novela inédita, el de alguna película jamás filmada, del escritor y cineasta Michael Crichton. La sombra de Coma y de otras de sus novelas se vislumbra en el guión de Eternal y en secuencias como las del laboratorio secreto. Y también el poderoso influjo de Stephen King (la zona muerta y aquella fracasada teleserie llamada Los años dorados), detectable en ese momento con la niña y el niño en la sala de juegos. Una película, en suma, tan agradable de ver como ya vista muchas veces antes, y con un soterrado mensaje alrededor del valor de la verdadera identidad del ser humano y del creador artístico.

    A favor: su homenaje continuo a la ciencia ficción 70s y 80

    En contra: lo blandita que se pone al final.

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