Me siento como una extraterrestre en mi propia ciudad-planeta dado el alarde publicitario de estreno de la película, sobretodo después de echar un vistazo a las críticas y todo lo dicho sobre esta filme porque sí, es una buena película que gusta y se disfruta pero de ahí ¡a ensalzarla al reino del Olimpo!
Porque, sinceramente, seis historias breves, tipo sketch para publicidad de marca, de creatividad sin mucha inventiva, donde no se profundiza en los personajes, se camina por ellas tenue y levemente y desde el inicio sabes cómo andará y su más que probable final.
De ellas, una de presentación tipo tentempié ligero que tiene pase por su breve ironía graciosa; la siguiente desfavorable e improductiva, floja y nula donde las haya pues ni siquiera es la ejecutora quien debería ser; luego llega Leonardo Sbaraglia en coche lujoso y lo borda, la mejor entre las mejores sin duda alguna por su explosión física y evidencia agónica de gran impacto sonoro y perceptivo; a nuestro querido Ricardo Darín se le ofrece una buena historia, muy cercana, familiar y sentida, de gran impotencia frustrada que acumula una bomba inesperada de tiempo calculado pero cuyo final bonachón y edulcorado estropea su hermoso camino; la vergonzante verdad que azota nuestra sociedad, a la vendible justicia y al poder de quien posee a don dinero frente al humilde y desesperado trabajador hace referencia la penúltima historia tratada con mordacidad y un patético negociar cuya burla es muy efectiva y ofensiva, todo un acierto también este macabro y desdeñable juego de cartas humano; y, por fin, una locura ocurrente y de espeluznante cachondeo mezcla de Carry y Romeo y Julieta, un tal-para-cual impactante, divertido y de buen remate conclusivo.
Añadimos actores argentinos muy reconocidos y respetados y tenemos unos relatos salvajes de media 6, 6'5 si se quiere -una de 5, una fallida, una de 9, una de 6 y dos de 8 por si se quiere hacer las cuentas de la abuela- que son amenos, llevaderos, punzantes según el relato, más o menos potentes de intensidad media según su breve recorrido y acabado pero muy lejos de ese supuesto ocho tan otorgado por los expertos de la imagen plasmada y la letra escrita y la siguiente retahíla de confirmación suprema otorgada por casi todo aquel que escribe algo sobre ella.
Es entretenida, ligeramente sarcástica, irónica con suavidad, virulenta según momentos y no tan perversa como se imaginaba, aceptable y muy grata en general pero lejos, a kilómetros del esperado salvajismo o la corrosiva malevolencia que deseaba encontrar, sales contento y complacido de su visión, agradecido por un rato de distensión jovial, fresca y suave pero no mantiene un nivel de adrenalina constante, ni incisivo resentimiento, ni potencia visual devoradora, ni tenacidad perpetua ni fuerza efectiva que no descienda ocasionalmente, q se mantenga a un nivel seductor y atractivo irresistible fijo o en ascenso, su línea de marcaje y andadura va construyendo olas de mayor o menor descenso según viento inspirador del guionista que se inicia en un punto medio, para descender abruptamente a un leve insatisfecho temporal, para elevarse a una repentina y estrepitosa genialidad y, a partir de ahí, mantenerse en un medio tono tenue, grato y apacible de comodidad y populacho rematado con fiesta loca y alegre despedida.
Buena dirección, perfectas actuaciones, correcta técnica y ambientación, veracidad tentativa de retención obligatoria para la mayoría, familiar y querido teatro de historias entrañables, chistosas y entretenidas pero a millas de la hilaridad suprema vendida, del macabro escenario supuesto, de la sugerente vivacidad dañina y destrucción ansiada, del desahogo emocional de ese cabreo y rabia que en nuestro día a día no podemos aliviar.
El pretendido relato salvaje de leopardo, tigre o puma resulta ser de felino casero, gatos con uñas que hacen gracia y hieren superfluamente y son recordados con cariño pero dale esta idea a Tarantino o al propio Almodóvar que produce la película y entonces si que no podrán parpadear un segundo tus ojos y tu respirar se verá entrecortado sin tiempo a meditar o vocalizar palabra alguna.
Un confirmado sí al abrazo confortable, a la acogida entusiasta, a la sonrisa sincera de emociones cálidas, visión ácida endulzada y suculenta de aceptable satisfacción general y nota de promedio bien positivo pero, ¡no elevemos a los altares lo que corresponde al nivel mundano terrenal!, lo dicho, un merecido y complaciente 6, 6'5 si se quiere pero sin peloteo ni regalo altruista, ¿o éste no lo es tanto?