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    Relatos Salvajes
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    4,0
    1093 notas
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    37 Críticas del usuario

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    10 críticas
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    cine
    Un visitante
    4,0
    Publicada el 29 de octubre de 2014
    La disfruté mucho a pesar de provocarme un poco angustia, muy buen papel de los actores que nos cuentan en clave cómica y "salvaje" historias con las que nos sentimos identificados por lo cercanas que pueden llegar a ser.
    mcirez
    mcirez

    13 usuarios 16 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 24 de octubre de 2014
    6 historias, algunas mejores que otras. Muy entretenida y, a veces, divertida. El episodio de "la boda", genial.
    Marta F.
    Marta F.

    100 usuarios 38 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 23 de octubre de 2014
    Cada relato funcionaría de forma independiente como cortometraje. Pero el conjunto es el que da una dimensión de análisis de la sociedad en la que vivimos en cualquier país occidental. Los protagonistas de estas historias son personas normales en situaciones que todos reconoceremos como ordinarias. En todas ellas salta una chispa también habitual (una grúa que se lleva nuestro coche, un rifi rafe al volante con otro conductor o una infidelidad). Lo que tienen en común todos estos personajes es que de repente estallan. Y lo hacen de forma salvaje y desproporcionada. Esto es lo que genera las carcajadas en los espectadores del film, la dimensión que llegan a tomar estos problemas habituales cuando una persona no aguanta más y revienta como una bomba. A pesar de lo aparentemente subrreal de las situaciones, conseguimos sentirnos identificados con cualquiera de sus personajes. Incluso sentimos un oscuro deseo de, como ellos, estallar más de vez en cuando.
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 23 de octubre de 2014
    Una joyita del mejor cine argentino que bien podría ser de cualquier otro país que se nos ocurra ya que Relatos Salvajes es una compilación de seis cortos bajo la misma temática: la venganza y el descontrol, el no reprimir nuestra furia, que se vuelve una película universal donde todos nos sentimos identificados con alguna/s de las historias. Delirante, brutal, honesta, por momentos grotesca y divertida hasta en los momentos mas incómodos, es la primera vez que veo al espectador del cine en una actitud no pasiva totalmente comprometida con la película, desde las butacas. Una comedia negra que se convertirá sin dudas en un clásico universal.
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 19 de octubre de 2014
    Muy interesante, diferente, arriesgada. Merece la pena ir para ver algo nuevo que no te deja indiferente.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    129.886 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 18 de octubre de 2014
    Me siento como una extraterrestre en mi propia ciudad-planeta dado el alarde publicitario de estreno de la película, sobretodo después de echar un vistazo a las críticas y todo lo dicho sobre esta filme porque sí, es una buena película que gusta y se disfruta pero de ahí ¡a ensalzarla al reino del Olimpo!
    Porque, sinceramente, seis historias breves, tipo sketch para publicidad de marca, de creatividad sin mucha inventiva, donde no se profundiza en los personajes, se camina por ellas tenue y levemente y desde el inicio sabes cómo andará y su más que probable final.
    De ellas, una de presentación tipo tentempié ligero que tiene pase por su breve ironía graciosa; la siguiente desfavorable e improductiva, floja y nula donde las haya pues ni siquiera es la ejecutora quien debería ser; luego llega Leonardo Sbaraglia en coche lujoso y lo borda, la mejor entre las mejores sin duda alguna por su explosión física y evidencia agónica de gran impacto sonoro y perceptivo; a nuestro querido Ricardo Darín se le ofrece una buena historia, muy cercana, familiar y sentida, de gran impotencia frustrada que acumula una bomba inesperada de tiempo calculado pero cuyo final bonachón y edulcorado estropea su hermoso camino; la vergonzante verdad que azota nuestra sociedad, a la vendible justicia y al poder de quien posee a don dinero frente al humilde y desesperado trabajador hace referencia la penúltima historia tratada con mordacidad y un patético negociar cuya burla es muy efectiva y ofensiva, todo un acierto también este macabro y desdeñable juego de cartas humano; y, por fin, una locura ocurrente y de espeluznante cachondeo mezcla de Carry y Romeo y Julieta, un tal-para-cual impactante, divertido y de buen remate conclusivo.
    Añadimos actores argentinos muy reconocidos y respetados y tenemos unos relatos salvajes de media 6, 6'5 si se quiere -una de 5, una fallida, una de 9, una de 6 y dos de 8 por si se quiere hacer las cuentas de la abuela- que son amenos, llevaderos, punzantes según el relato, más o menos potentes de intensidad media según su breve recorrido y acabado pero muy lejos de ese supuesto ocho tan otorgado por los expertos de la imagen plasmada y la letra escrita y la siguiente retahíla de confirmación suprema otorgada por casi todo aquel que escribe algo sobre ella.
    Es entretenida, ligeramente sarcástica, irónica con suavidad, virulenta según momentos y no tan perversa como se imaginaba, aceptable y muy grata en general pero lejos, a kilómetros del esperado salvajismo o la corrosiva malevolencia que deseaba encontrar, sales contento y complacido de su visión, agradecido por un rato de distensión jovial, fresca y suave pero no mantiene un nivel de adrenalina constante, ni incisivo resentimiento, ni potencia visual devoradora, ni tenacidad perpetua ni fuerza efectiva que no descienda ocasionalmente, q se mantenga a un nivel seductor y atractivo irresistible fijo o en ascenso, su línea de marcaje y andadura va construyendo olas de mayor o menor descenso según viento inspirador del guionista que se inicia en un punto medio, para descender abruptamente a un leve insatisfecho temporal, para elevarse a una repentina y estrepitosa genialidad y, a partir de ahí, mantenerse en un medio tono tenue, grato y apacible de comodidad y populacho rematado con fiesta loca y alegre despedida.
    Buena dirección, perfectas actuaciones, correcta técnica y ambientación, veracidad tentativa de retención obligatoria para la mayoría, familiar y querido teatro de historias entrañables, chistosas y entretenidas pero a millas de la hilaridad suprema vendida, del macabro escenario supuesto, de la sugerente vivacidad dañina y destrucción ansiada, del desahogo emocional de ese cabreo y rabia que en nuestro día a día no podemos aliviar.
    El pretendido relato salvaje de leopardo, tigre o puma resulta ser de felino casero, gatos con uñas que hacen gracia y hieren superfluamente y son recordados con cariño pero dale esta idea a Tarantino o al propio Almodóvar que produce la película y entonces si que no podrán parpadear un segundo tus ojos y tu respirar se verá entrecortado sin tiempo a meditar o vocalizar palabra alguna.
    Un confirmado sí al abrazo confortable, a la acogida entusiasta, a la sonrisa sincera de emociones cálidas, visión ácida endulzada y suculenta de aceptable satisfacción general y nota de promedio bien positivo pero, ¡no elevemos a los altares lo que corresponde al nivel mundano terrenal!, lo dicho, un merecido y complaciente 6, 6'5 si se quiere pero sin peloteo ni regalo altruista, ¿o éste no lo es tanto?
    Gerardo M.
    Gerardo M.

    4.531 usuarios 134 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 17 de octubre de 2014
    Un día de furia

    En “Malditos bastardos”, Tarantino culminaba cada historia con un estallido de violencia, después de hacer cargar a sus personajes con minutos y minutos de tensión verbal. En Relatos salvajes”, Damián Szifron hace lo propio sometiendo a sus personajes a una presión insostenible en esa Argentina tan extrapolable repleta de corrupción, traiciones, infidelidades, injusticias sociales y luchas de clases. El resultado es el mismo, la bomba de relojería que es el ser humano termina por hacer explosión, y la onda expansiva acaba alcanzando a propios y extraños. Porque alguien tiene que librarnos de los malnacidos que gobiernan a golpe de talonario, de los que siempre se van de rositas mientras otros pringan, o de manera genérica de todo aquel que nos haga la vida imposible.

    Szifron estructura la cinta en seis episodios donde la indignación ante las injusticias o el que se rían en tu propia cara son motivos suficientes para que se desate esa violencia contenida que busca desesperadamente una válvula de escape. Ya en su primer relato salvaje, un ejemplo perfecto de síntesis a la hora de presentar, desarrollar y finalizar una historia, el cineasta deja claras sus intenciones, la de no dejar títere con cabeza ni dar puntada sin hilo, la de tirar de mala baba y humor negro para justificar sus decisiones artísticas, por muy inverosímil que resulte lo que ocurre en cada trama. Su nueva película es una patada en la boca del estómago, una propuesta que se debe entender como un colosal chiste sobre ese despreciable ente que es el ser humano, aunque el chiste en sí mismo arranque más de una risa incómoda.

    Un guión bien hilvanado, repleto de malicia y mala leche, una dirección impactante y directa, y un reparto espléndido –a destacar el fenomenal trabajo de Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Rita Cortese y Érica Rivas- coronan uno de los productos argentinos más mordaces y ácidos que nos han llegado en los últimos años. Eso sí, bastante irregular en lo que a potencia de sus historias independientes se refiere, quedando para el recuerdo especialmente ese peculiar “El diablo sobre ruedas” que es “El más fuerte”, y dejando en el aire si no habría sido mejor finalizar algunas de ellas de una manera más convincente –el final con tintes sociales y políticos de “Bombita” chirría bastante-, pero un fiel reflejo de lo que es capaz una persona ante situaciones límite. Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a perder el control, a nuestro particular día de furia.
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