Crítica de SensaCine.com para Un viaje de diez metros: Cuando TOP CHEF conoció a Sally (o a Helen)

Comenzó homenajeando a Richard Lester con el largometraje oficial sobre el cuarteto ABBA para pasar luego a ser lo más nórdicamente parecido a un hijo engendrado por Ingmar Bergman y François Truffaut con Mi vida como un perro. Estoy hablando de Lasse Halström, y Lasse Halström tuvo su momento de gloria en su Suecia natal y también en su desembarco en Hollywood. Eran días en los que leer una película de Lasse Halström en el cartel de un estreno significaba calidad y una mirada inquieta, inquisidora y nada convencional. Eran días de, por ejemplo, Querido intruso (1991), aparentemente un ceremonial dramedy de familias que se alzaba como un retrato coral sobre vida y muerte digno de, sí, Bergman.

Pero eso fue ayer, un ayer muy lejano... Halström ha terminado siendo un aplicado ilustrador de best sellers amables y su nombre ya no es un reclamo en los afiches (pese a que el de esta Un viaje de diez metros hable del director ganador del oscar por Chocolat). Amable, divertida, con actores en estado de gracia a los cuales casi no hace falta dirigir... así es esta traslación académica y sin complicaciones (sin mirada crítica o distante) de un éxito de ventas literario (que confieso no haber leído) de Richard C. Morais.

Una más de esas comedias romántico-dramáticas ambientadas en escenarios culinarios. Una más de esas comedias romántico- dramáticas ambientadas en escenarios exóticos. Una más de esas comedias romántico-dramáticas que llevarán a las salas a un público de cierta edad como hizo El exótico hotel Marigold, del cual Un viaje de diez metros sería deudora. Podría haber sido un título menor de la Ealing en los años 50 y hoy también es un título menor pero honesto que funciona cada vez que Helen Mirren arruga la naricilla a lo señorita Rotenmeier (o a lo madre de Guillaume Galienne) y ejerce de gruñona e involuntaria Cupido de cocinillas hindúes.

A favor: Que parece como si Halström se burlara de su espantosa y exitosa previa Chocolat.

En contra: La hemos visto cientos de veces antes.