La cantante y compositora inglesa Amy Winehouse murió en julio de 2011 con tan sólo 27 años de edad, su vida, su fulgurante carrera y su incapacidad para gestionar la fama son el centro de un documental lleno de fuerza que se estrenó fuera de concurso en la sección oficial de largometrajes del Festival de Cannes de 2015. Desde entonces ha recibido numerosos nominaciones y premios, entre ellos el de mejor documental en los Premios del Cine Europeo, en los Critics’ Choice Awards y en los London Film Critics’ Circle y está nominada para el Oscar a la mejor película documental. La película se ha convertido en el documental británico más taquillero de todos los tiempos, recaudando tres millones de libras en su primer fin de semana, un éxito que ha llevado a Amy Winehouse a recibir su segunda nominación póstuma a los Brit Awards como mejor solista femenina.
El director Asif Kapadia (Senna) se vale de una gran cantidad de material de archivo inédito en el que podemos ver a una adolescente Amy Winehouse con un increíble talento para componer y cantar que trabaja duro para abrirse paso en el mundo de la música, pero sin terminar de encajar muy bien en una popularidad que nunca quiso y no supo gestionar. Entrevistas con familiares, amigos, su primer manager o ella misma nos van introduciendo imágenes que nos ayudan a conocer mejor quien era realmente Amy. Una chica insegura, con trastornos alimentarios, que nunca quiso destacar y que no se sentía cómoda siendo el centro de atención de la prensa, tan sólo quería componer música y cantar, pero malas decisiones propias y el no tener alrededor personas que realmente se preocuparan de ella la condujeron a su trágico destino.
No cabe duda que detrás de la película hay un minucioso trabajo de documentación que deja un emotivo retrato humano de gran interés tanto para los admiradores de Amy como para los amantes de la música en general. Kapadia se permite la licencia de asignar el papel de villanos en esta historia al acoso mediático de la prensa amarilla por un lado y a los padres de Amy por el otro. Ni su madre ignorando sus problemas alimentarios cuando ella tenía 15 años, ni su padre dando más importancia a la gira que a su salud o negando que necesitara acudir a rehabilitación, ayudaron a su estabilidad emocional. Parece mentira como nadie supiera ver la llamada de atención que en realidad era Rehab.
Una visión conmovedora y apasionada de la azarosa vida de una mujer con un talento innegable, que nos muestra el lado más humano y real de Amy Winehouse a la vez que deja en evidencia el precio de la fama.