Es difícil explicar de qué va Gente en sitios, pues se trata de varias historias, unas cómicas, otras más serias, muchas surrealistas, que no tienen conexión aparente entre ellas, pero que termina siendo un reflejo brutal de nuestra sociedad. Gente normal, en sitios normales viviendo historias no tan normales que nos muestran aburrimiento, miseria, soledad, incomprensión, falsedad, enfado, solidaridad… a través de un falso agente inmobiliario, un vagabundo buscando un regalo para su novia, una vecina molesta por un felpudo con un mensaje grosero, un amigo ayudando a otro a buscar trabajo, un padre que va a recoger a su hijo al colegio y le piden participar en un reportaje o un señor que quiere que su joven amante se opere el pecho.
Un abundante número de actores colaboran desinteresadamente con el proyecto, actores de la talla de Maribel Verdú, Adriana Ugarte, Eduard Fernández, Raúl Arévalo, Santiago Segura, Tristán Ulloa, Alberto San Juan, Antonio de la Torre o un sorprendente Coque Malla, en situaciones que no tienen por qué ser cómicas, pero que terminan siéndolo.
La total libertad creativa del director Juan Cavestany al servicio de una película rodada cámara en mano, con unos encuadres imposibles que no buscan la belleza, sino todo lo contrario, son deliberadamente feos, para poner de manifiesto el desamparo de los protagonistas. Una apuesta nada convencional llena de buenas ideas, una obra de arte para algunos, sobrevalorada para otros, a mí me ha parecido una entretenida sucesión de sketchs que sorprenden por lo absurdo de la propuesta.