Su primer fallo garrafal es su designación dentro del género de la comedia pues es fácil la conclusión correlativa de gordos intentando adelgazar-producción mexicana-risa de escenas patéticas y situaciones burlonas y, por tanto, te das de bruces contra un argumento que es todo lo contrario pues si logras superar la letanía y pesadez de un traslado a la ciudad, su adaptación, su rutina y primer encontronazo vergonzoso que motiva su decisión de ponerse a dieta podrás observar como ese aburrimiento inicial que apenas expresa motivación va floreciendo en una crisis personal-matrimonial donde emergen, a la vez, la confianza y seguridad de quien tiene éxito y su cambio físico se permuta también en mayor estabilidad y fuerza psíquica y, quien se queda en el mismo lugar y lo que antes era felicidad de aceptar como era ahora es vergüenza, debilidad y complejo de unos ojos que la miran y le transfieren, desde su reflejo subjetivo, nulidad y desdén de su persona porque, cuando coge la mano de su marido o siente sus caricias ya no es como antes, la inseguridad de su fracaso y el engaño de su frustración salen a la luz y la relegan a la cola de la humillación, la afrenta, el rechazo, la represión y una ansiedad en ascenso que la hacen comer más.
Un tema serio y severo para un drama llevado con lentitud y poco soltura pero que esconde la tristeza, amargura y ahogo de quien se quería y apreciaba pero deja de hacerlo porque se ve retratada en la mirada de su compañero de forma pequeña, mísera, desolada, inútil, fracasada y tiene el don de sacar a la luz todos los temores y sinsabores que habitan en su interior, un guión que cuenta con personajes poco atractivos, nada llamativos, anónimos que no se ganan tu simpatía ni lo pretenden que exhibe como la unidad de dos vidas que iban por el mismo camino se transforma en distancia y separación de una angustia y congoja que se desprende al no reconocer al hombre que duerme junto a ella o reconocer, por primera vez, la degradación, fealdad y agravio de la mujer que ahora descubre está a su lado, como los éxitos de su pareja suponen la nulidad, complejo y repudio de su ser aunque el otro siga siendo el mismo pues ella ya no halla la belleza y calidez en los abrazos de él porque a perdido su autoestima y amor propio.
Por tanto, olvídate de encontrar diversión, ironía o desfachatez de situaciones cómicas y tontas y lee la tragedia y desgracia de quien se pierde, deja de valorarse y siente que es un cero a la izquierda, un pegote a quien nadie puede amar empezando por su propia nula consideración hacia ella.
Esconde mucho contenido, mucho sufrimiento, dolor y realidad aunque no sabe relatarlo con estilo, seducción e interés de cara al espectador, torpeza que lleva a no apreciar la dignidad y valor de lo expresado, el cambio interior en quien no cambia físicamente y ya no reconoce a quien sigue siendo el mismo a pesar de su nuevo físico, look y porte.
Si ves más allá de su nulidad para exhibir con más arte, acierto y habilidad su mensaje podrás apreciar el paraíso de una esperanza que se convierte en su peor pesadilla al entrar en el infierno de sus propios miedos y horrores.
Su cara no es muy bonita ni su estilo sabroso pero su interior dice mucho.