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    Mi otro yo
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Mi otro yo

    Tics góticos

    por Paula Arantzazu Ruiz

    Cambio de rumbo de Isabel Coixet: una de las cineastas más personales de nuestra industria se atreve con el cine de género para adolescentes en ‘Mi otro yo’, adaptación del libro homónimo de la escocesa Catherine MacPhail. Todo un giro de 180 grados en el que encontramos pocos trazos del cine de la catalana, es decir, poca autoría, y una sobreabundancia de clichés que incluso los menores de 18 años, target hacia el que va dirigido esta película, es capaz de enumerar de memoria. Para una directora que hace gala de una sensibilidad y una imaginación alejada de lo común, lo cierto es que ‘Mi otro yo’ peca precisamente de lo contrario.    

    Protagonizada por una imponente Sophie Turner (la actriz de ‘Juego de tronos’ se desenvuelve con soltura en el papel de la perturbada Fay), en ‘Mi otro yo’ abundan los tics góticos propios de este tipo de trabajos (efectos de sonido, sombras que persiguen al personaje principal, planos torcidos, etc.) que descompensan la ambición de la propuesta -atención al rutilante y extravagante reparto, porque además de Turner también encontramos a Rhys Ifans como el padre de la protagonista, a Jonathan Rhys Meyers interpretando a su profesor de teatro, a Leonor Watling en el papel de la directora de la escuela donde estudia Fay, y a  Geraldine Chaplin en el rol de Geraldine Chaplin en cintas de miedo- y su mismo resultado. 

    En un año en el que se han podido ver otras dos películas que también tratan el enigma del doble (‘Enemy’, de Dennis Villeneuve, y ‘The Double’, de Richard Ayoade, aún por estrenar),  la cinta de Coixet apenas aporta novedades a la tradición, sino que exprime los tópicos, y aunque la directora supera la prueba, no consigue convencer. Confiemos en que con los trabajos que tiene en cartera (‘Learning to Drive,’ y ‘Nobody Wants the Night’, con Juliette Binoche y Gabriel Byrne) demuestre algo más de músculo. 

    A favor: El arrojo de Coixet a la hora de cambiar de registro. 

    En contra: Que no sale victoriosa del experimento. 

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