1714-2014
por Quim CasasBorn responde a cierta concepción algo bizarra que prolifera en la cinematografía catalana. En absoluta oposición al cartón-piedra histórico de José Luis Garci cuando la tomó con los fusilamientos del dos de mayo, el filme realizado por el italiano Claudio Zulian se presenta como un ciertamente curioso intento de ficción antropológica sobre la Barcelona de 1700, ahora que el tricentenario, la consulta, la independencia y la corrupción de ex presidentes, alcaldes y concejales está al orden del día. Sobre el papel, la película parecería pertenecer a los actos y festejos por el citado tricentenario catalán, ese que se corea efusivamente en el minuto 17 y 14 segundos en cada partido del Barça en el Nou Camp desde hace un par de años, pero se aparta de la normativa y quiere ir un poco a contracorriente.
Narra diversas historias reales de aquel tiempo pero que muy bien podrían acontecer hoy, todas ellas ambientadas en un barrio barcelonés que ahora está de moda, el Born: un artesano está a punto de ser desahuciado porque han subido desmesuradamente los alquileres de las casas, una mujer viuda se ha quedado en la más absoluta pobreza y un comerciante desea lucrarse más de la cuenta con el floreciente negocio de la importación de tabaco.
¿Les suena? Por supuesto, el filme no engaña a nadie: relatos actuales en un marco histórico decisivo para el devenir catalán. Pasado y presente no se confunden, sino que se retroalimentan. El problema es que pese a la cuidada fotografía de Jimmy Gimferrer y los decorados tan primarios como realistas, la película tiene un tono demasiado envarado, teatral y declamatorio, más propio de un telefilme de la televisión catalana, y el propio contexto (el histórico y su reflejo especular en el crítico momento socio-político actual) acaba por devorar las buenas intenciones de ruptura con el modo de representación histórica tradicional que Zulian –quien ya documentó otro barrio barcelonés, el Carmelo, en un plano-secuencia con steadycam en A través del Carmel– persigue con más osadía que buenos resultados. Con todo, una propuesta elogiable y diferencial.
A favor: su intento de ficción antropológica a contracorriente.
En contra: que termina siendo demasiado envarado y algo acartonado.