"Por un atisbo de exceso" que, lastimosamente, nunca llega.
Buena elección, Omar Sy, pues desde "Intocables", parece que no acertabas con la elección de papeles para mostrar todo tu potencial o, es que las ofertas eran mediocres, todo puede ser pues la leyenda, confirmada por experiencia de diversos actores, es que tras reconocimiento laudable por actuación espléndida viene una ausencia, temporal y breve en espera, de gracia y acierto para seguir la estela iniciada amén de que, en esta ocasión, la estupenda compañía que te refuerza es de éxito garantizado, una siempre fantástica Charlotte Gainsbourg de arte y destreza mostrada sobradamente en su abundante carrera.
Sólo hay que unir las dos piezas, un guión delicado pero firme, soberbio y sensible y, un director que no sepa estropear tanta suculenta delicatessen y..., que la magia surja, enamore corazones, eclipse espíritus, entrecorte respiraciones y cree una atmósfera de emociones que validen el esfuerzo del viaje y coste de la entrada y..., ¡por Dios!, con placer, poder afirmar que sí, ¡valió la pena!
¡Crasshhh!, ingenuidad ensoñada, vaticinio erróneo adelantado con osada inocencia, tras visionar su tráiler, que me estalla en la cara al acudir al encuentro con una, aún no frustrada esperanza, de catástrofe segura no adivinada ni prevista que duele enormemente al no hallar firmeza, sobriedad ni sensibilidad perceptiva alguna, decepción inaudita de gran peso ante una historia que no sabes muy bien a qué juega, aparte de ser excesivamente larga y pausada para el poco movimiento que ofrece y el escaso interés que despierta, tropiezo de andadura débil que no halla su estructura definida.
¿Es un drama profundo o va de comedia inocente?, ¿entrañable o soporífera?, ¿gracia confirmada o tostón de quien se cree gracioso?, ¿pretende un relato de amor o centrarse en las penurias de la inmigración?, ¿soledad, impotencia, amargura que inmoviliza el despliegue de su actuar aunque abrase en su interior o es sólo lectura exagerada donde sólo hay buenas intenciones que no llegan a destino fructífero?, ¿sólo personas necesitadas que se encuentran y de dos negativos sacan un positivo o desesperación de quien perdió su identidad y la recompone al ritmo y son que su miedo y prudencia le permiten?, ¿un poco de todo y bailamos tras mover la coctelera?, "¿qué lo hacemos, al modo clásico o no clásico?", pues como aconsejan 9 de cada 10 nutricionistas, no hay nada peor para el cuerpo -no te digo ya para la necesitada alma- y su digestión que picar un poco de todo sin decidirse por nada en lugar de elegir un plato, sentarse a la mesa y comer como es debido.
Lo único cierto es que el carismático cuidador de parapléjicos tendrá que seguir esperando para volver al logro saboreado, que la ninfómana de Von Trier está muy perdida y desaprovechada, que el guión no acierta con escenas y sentencias que apenas alientan a continuar su estela y no abandonar por un excesivo y sosegado camino que, poco a poco, desfallece por su insuficiente agraciado hacer y va aburriendo ante la escasez de ingenio y talento para hacer su ruta apetecible y gustosa, que el argumento no encuentra su definición y abre el armario para componer un traje con prendas dispares y diversas de artífice y confección tan pobre en su resultado que se olvidó, o nunca supo, enamorar, eclipsar, entrecortar y crear una atmósfera de emociones que validen el esfuerzo del viaje y el coste de la entrada y..., con desmañado placer, puedo confirmar que la magia nunca surgió y que no valió tanto la pena.
Intocables/Samba...,Samba/Intocables..., ¿en serio alguien ve una pretendida continuación que no se limite a, mismos directores pero, ya carentes de ideas e ingenio para escribir algo con más carisma, aprecio y estima?
Dicen que si le enseñas el culo a la luna llena y le pides un deseo, te lo concede..., ¡ya sabía yo que se me olvidaba algo para poder gozar de una buena, interesante y penetrante película!