Resurrección que no profana su nivel y estatus; la vil profanación es para la verdad no resuelta.
Carl y Assad, os habéis ganado el respeto de compañeros y la profesión, reconocimiento que os permite actuar con total libertad, sin ningún tipo de reparo o presión excepto la que uno se autoimpone voluntariamente por respeto y orgullo del oficio elegido, cumplida recompensa de realizar un buen trabajo para que la conciencia descanse tranquila durante la noche, sin remordimientos ni fantasmas que la acosen o, sólo es un frustrado anticipo de realidad amarga ya que, simplemente..., os habéis convertido "en el borracho y el árabe, en una maldita broma".
Mismo formato, similar proceder, cuadrilátero donde jugar con el pasado y los actos deleznables que en él tuvieron lugar, a la comandancia el esperado director solitario, autodestructivo, amargo, herido e hiriente, obsesionado con el trabajo, eterno salvador de almas perdidas, moribundos espíritus de los que nadie se acuerda, donde un caso destaca por encima de los demás y, a partir de entonces, todo se apaga, lo demás se olvida, esa será su prioridad, razón de ser y continuar, hermético e inaccesible son las víctimas su energía para aguantar, al margen del mundo y las relaciones se cobija en ese compartido tormento, simpatía con el martirizado para crear una empatía que niega y rechaza en su estático presente, ese hoy en el que cuenta con su único fiel escudero para apoyarle en sus corazonadas y seguirle, como siempre, como voz de la cordura y el sentido, en sus ofuscadas inquietudes que apenas le dejan respirar.
Perenne ambientación nórdica, fría, seca, austera, de cortante directriz que no se envuelve de florituras, sus pasos son convenientes y oportunos para ir al grano y encontrar a los culpables porque, en esta ocasión, se amplia el margen de acción y consecuencias a altos cargos y gente poderosa, una subida de escalón para dejar claro que el diestro detective puede con todos, grandes o pequeños, pobres o adinerados, en conjunto o solitarios, si son criminales allá que va a por ellos, a su caza y captura.
Por tanto, si es de esqueleto análogo, de tapiz semejante habrá que fijarse en la historia, en su contenido y evolución para observar los cambios con su predecesora y primera, comparación necesaria para verificar si se estanca, aporta algo nuevo de significado avance o queda en el mismo lugar, repetición cuasi imposible de lograr pues tu inocencia de visión ya no existe, vienes con preaviso e interés de su antecesora que la vio nacer y, su originalidad de presentación, se ha evaporado pues la curiosidad por la misma ya ha sido descubierta y despachada.
Yo, especialmente, disfruté más con su hermana mayor "Resurrección", aún reconociendo mi admiración y deferencia por esta profanación, la satisfacción fue más elevada con la otra, la novedad de no conocer de antemano, de descubrir y presenciar la alianza de este sólido dueto policial desahuciado por todos los demás fue un privilegio y placer que aquí es imposible de obtener y, aún admitiendo el potente enigma de esta, el estigma que une a investigador y desaparecida, mi cariño y goce fueron mejor alimentados en su previa, degustación sabrosa que no evita reconozca el loable menú de la actual; esa identidad firme, segura y obcecada con el que el susodicho se embarca en su nuevo y asfixiante anhelo por descubrir, hallar la verdad y compensar a los maltratados, papel que no sabe realizar a medias tintas y, donde su aislamiento de la sociedad, se transforma en vuelco hacia el montaje y resolución del rompecabezas.
Buena dirección, marcadas interpretaciones, oscura ambientación, austeridad en los diálogos y un guión que mantiene su estilo y guiño al origen del cual procede, es sencillo apreciarla, gustoso acompañarla, básica pero con consistencia y apreciada sustancia, gratitud de consumo gracias al carácter y potencial que mantiene pues destaca por el particular hacer de su tierra nata, óptima indagación al recibir con creces la conservada personalidad de su huella pisada, génesis que sabe cuidar y realzar con destreza y esmero.
"Hay cadáveres, hay pies de pegajosa losa fría, hay la muerte en los huesos como un sonido puro, como un ladrido de perro, saliendo de ciertas campañas, de ciertas tumbas, creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia...", descarga toda su existencia en la muerte, vive para ella, para rememorar y equilibrar la injusticia del lesionado olvidado por todos que sólo a él le tiene, sacrilegio que él enmieda y corrige pero ¿quién lo hace por y para él?
Resurrección que no profana su nivel y estatus; la ajusticiada profanación es para la verdad, por fin resuelta.