Knox Oil and Gas es una multinacional petrolífera que opera en los Estados Unidos. Su millonario propietario, Happer (Burt Lancaster), ha pensado en construir una refinería en un pequeño y remoto pueblo de la costa escocesa. Para ello, envía hasta allí a Macintyre (Peter Riegert), cuya misión es convencer a los habitantes de la localidad para que vendan algunos de los terrenos que poseen y en los que se construirán las instalaciones de la compañía. Todos los vecinos ven en éste un hecho que les podría ayudar a prosperar económicamente y a enriquecerse. Sin embargo, las reticencias de Ben (Fulton Mackay), un anciano dueño y propietario de un trocito de la playa del pueblo torpedearán el futuro proyecto. Las enormes cantidades de dinero ya no son para él un aliciente y vender su trocito de terreno supondría una irreparable pérdida para él.
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