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    La verdad duele
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    3,7
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    12 Críticas del usuario

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    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    96.855 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 4 de marzo de 2016
    El periodista deportivo Peter Landesman debuta en el cine encargándose de escribir y dirigir está historia real que apareció contada en profundidad en un artículo de la revista GQ de 2009 escrito por Jeanne Marie Laskas y que sirvió de base para el guion. A pesar de lo trascendente del tema que trata y que está protagonizada por una gran estrella como es Will Smith, La verdad duele ha tenido un paso discreto por la taquilla estadounidense y es que no termina de profundizar en los temas realmente importantes, pasando por encima sin levantar muchas ampollas.
    El doctor Bennet Omalu, es el patólogo forense de guardia a quien le toca encargarse de realizar la autopsia de Mike Webster, un antiguo jugador de fútbol americano y una de las grandes leyendas de los Pittsburgh Steelers, que se ha suicidado a los 50 años de edad. El doctor Omalu es un tipo concienzudo y metódico que descubre que algo no está bien en el cerebro de Webster por lo que se empeña en continuar con la investigación, pagandola incluso con su propio dinero, a pesar de que le insisten en que lo deje estar y no mancille el nombre de una celebridad local que, en los últimos años, padecía un grave deterioro cognitivo e intelectual.
    Lo que descubre es una nueva enfermedad a la que denomina encefalopatía traumática crónica (CTE), que es el resultado de los efectos a largo plazo de repetidos golpes en la cabeza. Consigue publicar los resultados de su estudio en una prestigiosa revista médica respaldado por Julian Bailes, antiguo médico de los Steelers, el reputado neurólogo Steven T. DeKosky y Cyril Wecht, el jefe de su equipo forense. Pero la NFL ve esto como un ataque directo a sus intereses y en lugar de poner los medios para intentar solucionar el problema, prefiere utilizar su poder para desacreditar a Omalu y su investigación.
    Will Smith es conocido por su carisma, su desparpajo y el encanto que derrocha tanto dentro como fuera de la pantalla, pero también es un actor capaz de comprometerse con un personaje y demostrar que no tiene el estatus de súper estrella por casualidad, ya lo hizo con Ali (2001) que le valió su primera nominación al Oscar y de nuevo con En busca de la felicidad (2006) que le supuso otra nominación. Con La verdad duele se esfuerza (quizá demasiado), pero el material de base del que parte es demasiado ambicioso, disperso y se desvía en subtramas que poco aportan a la trama principal. Además el director (y también guionista) no termina de mojarse y acusar directamente a la NFL de no proteger a sus jugadores, y es que eso ya serían palabras mayores.
    Lo mejor de la película son los diálogos uno a uno de Will Smith con el resto del elenco, incluso con los que ya están muertos (cuando veáis la película lo entenderéis), destacando las conversaciones con Alec Baldwin que ejerce de conciencia de los amantes del fútbol americano y sirve de puente entre la NFL y la comunidad científica. El resto de secundarios son Albert Brooks (Al filo de la noticia), Luke Wilson (Idiocracia), David Morse (Prueba de vida), Eddie Marsan (Ray Donovan), Mike O’Malley (Mi nombre es Earl), Adewale Akinnuoye-Agbaje (Mr. Eko en Perdidos), Stephen Moyer (True blood) y Gugu Mbatha-Raw (Belle) como la mujer de Omalu.
    Una buena actuación principal y un buen equipo de apoyo para una historia real bastante interesante que recurre demasiado a los tópicos y se inclina más por el melodrama que por la denuncia social.
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 15 de febrero de 2016
    Me gusto,y me parece mentira q sabiendo lo q ocurría negasen la verdad o diesen el beneficio d la duda.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    129.886 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 21 de febrero de 2016
    El regalo del conocimiento, una peligrosa entrega.

    Fútbol americano, cualquiera que guste del deporte sabe de la importancia y poder de tal conglomerado, nuestro balompié, elevado a potencia en cuanto a inversión financiera, estatus y control sobre el ciudadano, el rey de los pasatiempos y un intocable entretenimiento que abarca mucho más allá del propio juego.
    Y llega un extranjero, que ni siquiera ha visto un partido de fútbol en su vida y ¡la que lía!, o ¡no es para tanto!, ¿no?
    Sensación de poco impacto, de mínima revolución queda en el aire de este relato basado en una historia real, como si David únicamente lograra hacer pupita a Goliat, pero éste se mantuviera igual de firme, estable y poderoso que siempre, perenne y seguro en su trono, del que nadie logra bajarle.
    Meritorio el dr. Bennet Omalu, un buen hombre, excelente patólogo forense que trata con respeto a sus pacientes aunque estén muertos, que habla con ellos y por ellos, que le importa cómo murieron más que cómo vivieron y que se siente ofendido por ser maltratado y humillado al hacer con honor, pulcritud e integridad su trabajo; una profesión que argumenta desde la ciencia, desde hechos indiscutibles y que nada sabe de apoyos, influencias, favoritismos o grandes y letales corporaciones o, al menos, debería estar limpia y al margen de todo ello.
    Will Smith y una cámara intimista, que busca al hombre, a su convincente rostro y rotundo gesto como oficiales portadores de este modesto ciudadano, que simplemente descubrió una enfermedad que molestaba mucho en todo su entorno.
    Una primera parte comedida, de pasos humildes y saltos temporales hacia esa consecución del hallazgo, después de hacerte una breve idea de la personalidad de este imprevisto e intrépido héroe, donde se investiga y teme por lo que se va a encontrar o todo lo contrario y, una segunda exposición de las devastadoras consecuencias personales sufridas por tal lícita osadía y el resultado que de ellas se infringieron; todo caldeado, correcto, de narración legítima que no levanta pasiones ni acelera corazones, únicamente informa de hechos, de ese, en apariencia, superfluo combate contra un coloso cuya llama encendida no provoca gran incendio, sólo humareda para ser registrada, pero que apenas cambia la situación o el comportamiento de aquellos implicados a quienes afecta.
    Un juego violento e irracional, pero también tan bello y seductor como el legado shakesperiano, alivio de las penas y sinsabores de muchos ciudadanos que vuelcan la alegría y felicidad que no proporciona su existencia, o sí pero la complementa con fervor y entusiasmo, en ese partido de domingo de jugadores contra rivales y todos a por la misma pelota, codiciado balón que altera al más tranquilo, enorgullece al más reposado y tímido, transformación proverbial sufrida en unos instantes por todos aquellos fans, de tan pródigo deporte, que aquí no padece en demasía, pues la sensación de que tal logro pasó a la lista de reveses a padecer por golpear cabezas, aún usando casco, pero que nadie, por lo visto, tomó la precaución de dejar de hacerlo o instruir a sus hijos para dedicarse a otra modalidad deportiva es punto que resta colisión a toda su huella.
    El por siempre príncipe de Bel Air luce aptitudes dramáticas con esmero y habilidad, más allá de correr, pegar tiros o hacer gracia, Peter Landesman expone una realidad ocurrida con tonos entretenidos y corteses que no supera la línea de la cordialidad y beatitud, mirada tranquila y reposada para informar y aprender pero no eclosionar ni romper: es conforme, adecuada y pulcra, sin ser débil tampoco coge gran fuerza, su ánimo se mantiene en esa neutralidad que permite observar, saber, disfrutar y no verse aturdido ni impresionado por lo narrado, simplemente se cubre una ignorancia cuya verdad, puesta sobre el tapete, tampoco duele tanto como se esperaba.
    “Hay que terminar el juego; si terminamos el juego, seremos ganadores”; bien, ha finalizado, la investigación es concluyente, se ha abierto debate y llegado al senado, los periódicos y telediarios abren sus portadas con ello pero, los cimientos del juego ni se tambalean ni perturban, ni la audiencia está impresionada y seducida por el desarrollo y resultado, simplemente está contenta, serena y afable de conocer un nuevo y veraz relato.
    Un buen y loable americano, hijo adoptivo, que no entendía ni gustaba de ver fútbol americano.

    Lo mejor; saber del dr. Bennet Omalu y de su hazaña, en la acorde y satisfactoria interpretación de su lustroso porteador.
    Lo peor; su potencia queda reducida a informar, sin pasión ni brío.
    Nota 5,8
    juanmi
    juanmi

    451 usuarios 65 críticas Sigue sus publicaciones

    2,0
    Publicada el 27 de marzo de 2016
    Eso mismo pensé yo. La verdad duele y espero que no duela mucho por qué no es una película de la altura de Smith. Tan aburrida que me puse a watsapear en el grupo familiar. Lo único interesante y lo que puedes sacar de esta película es la manipulación y lo burra que son las masas. (Dejémonos de enseñanzas).
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 7 de marzo de 2016
    Me encanto, me gusto mucho la película,me gusto mucho la interpretación de Will Smith, lo que menos me gusto es que debieron profundizar más en la historia real, de la denuncia a la NFL, de cómo la NFL mira más sus intereses económicos que la salud de los jugadores.
    El director entra más en el drama del personaje y su familia que en la denuncia que éste realiza sobre la NFL.
    cine
    Un visitante
    1,5
    Publicada el 6 de marzo de 2016
    Si la verdad duele, empecemos predicando los espectadores... La película es una auténtica bazofia. Tiene un buen guión, la historia es interesante, pero está mal adaptada. Es lenta, los diálogos son insulsos y las actuaciones no terminan de convencer. Estaba deseando que acabara o que me renovaran las palomitas. En fin. No la vean.
    Joséjiglesias
    Joséjiglesias

    267 usuarios 58 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 14 de marzo de 2016
    Buena película en la línea de las últimas de Will Smith. Buena trama y destapando un caso delicado. La lucha de un hombre contra la NFL.
    Cesar G.
    Cesar G.

    555 usuarios 72 críticas Sigue sus publicaciones

    2,0
    Publicada el 7 de noviembre de 2016
    dos actores buenos hacen unapelicula muymala 2 de 5nadamas no me gusto nada la peor que he visto de esosactores
    EdSQ
    EdSQ

    14 usuarios 18 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 4 de febrero de 2016
    Con Concussion, Will Smith, aborda una problemática trascendente. Sobresale su actuación.

    ¿Alguna vez les ha pasado que descubren algo vital, impactante y que ese descubrimiento podría causarles mucho sacrificio pero simultáneamente es algo que deben hacer? Bien, esta es la sensación experimentada después de ver La verdad oculta (Concussion), película protagonizada por Will Smith y Alec Baldwin. En nuestro país podemos decir que ambos títulos, el original y el traducido, son "publicidad" adecuada para atraernos al tema que aquí se presenta.

    Will Smith interpreta a Bennet Omalu, médico forense que en su camino descubre los males físicos que provoca el fútbol americano (NFL). Mientras examina cadáveres de importantes ex jugadores y personas involucradas en este medio, la ciencia y su "sentido común" le advierten de la peligrosidad que este deporte representa. Entonces se nos retrata su perseverancia para enseñar al mundo la verdad detrás de este también conocido "negocio".

    Con esta premisa la cinta se preocupa por presentar de un modo honesto y sin rodeos, las dificultades médicas y éticas de practicar el fútbol americano, sus consecuencias y el impacto socio-económico que implica. Este filme, dirigido por Peter Lendesman (también director de la no tan lejana Parkland) nos coloca como espectadores conscientes al momento de advertir los problemas que acarrea este deporte y de las alternativas que tienen tanto quienes lo producen como quienes lo practican, de abandonarlo y evitar así problemas complejos y pérdidas mayores a las ganancias económicas.

    Basado en hechos reales, el guión de esta cinta es acompañado de una fotografía que se siente por momentos tradicional, y por otros tétrica o espeluznante, pero que propicia el énfasis en la prevención colectiva hacia esta cuestión verídica, a esto se le suman momentos de tensión tales que nos arrellanamos en el asiento para escapar de la angustia que los personajes viven, además de que, de repente, sus acciones resultan previsibles minutos antes de suceder. Las locaciones y los valores de "verdad/mentira" son puestos a prueba aquí, pero eso no es todo, pues la música a cargo de James Newton Howard es impecable y acertada en el propósito de hacernos sentir el miedo y la angustia que el director pretende para que nos preocupemos por los personajes.

    Uno de los momentos más impactantes, debido a la naturaleza y propósito del protagonista, y de mayor lógica, será el clímax del segundo acto; dicha escena resulta un parte-aguas en la trama incluso para los más observadores y maravillosa al mismo tiempo para los más sensibles. Will Smith entrega una actuación -con todo y acento- creíble y profunda, como un hombre que se enfrenta a diversos obstáculos para enfrentar el encubrimiento de una verdad que podría significar el derrumbamiento de uno de los deportes más famosos del mundo. Su disciplina, su perseverancia y su templanza son puestos a prueba, y aquí radica uno de los grandes aciertos del filme, pues dota de mayor profundidad a una historia que plantea un "aviso médico".

    Un filme que está en cartelera ahora mismo y que es totalmente recomendable, tanto por el tema como por Will Smith, si son sus admiradores. Y si les gustan las verdades incómodas, todavía más importante es la cinta.
    Sebastian A.
    Sebastian A.

    15 usuarios 17 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 11 de abril de 2016
    bien contada, entretenida y con una historia basada en hechos reales que no conocía. will smith demuestra que puede actuar más allá de las películas de acción o ciencia ficcion
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