En El debut se mezclan elementos de distintas culturas, pues aúna el teatro tradicional japonés y griego con las artes marciales, los pasos de ballet y el flamenco.
Gabriel Olivares reconoce que, cinco años antes de embarcarse en este proyecto, se enamoró del entrenamiento actoral conocido como el método Suzuki y los Puntos de Vista, Eo le llevó a experimentar coon la dirección de actores en este proyecto junto a la compañía TeatroLab.
El debut (2016) es el primer largometraje que dirige Gabriel Olivares. Antes ya había trabajado como director de los cortometrajes Burbuja (2009), El testaferro (1999) y El carromato (1998).