Un Sube y Baja de Componentes Disimiles
Ha sido un año legendario para el grande Walt Disney Studios, de nuevo. Anualmente, estudios como Sony Pictures y Warner Bros batallan contra las vicisitudes económicas y creativas entorno a sus películas. Universal Pictures imperó en el 2015 con la cuantiosa cifra de $6.89 billones de dolares, proporcionados mayormente por "Jurassic World" ($1.67 billones), "Furious 7" ($1.5 billones), "Minions" ($1.1 billones) y "Fifty Shades of Grey" ($571 millones). Aunque con las ganancias registradas en las últimas fechas de diciembre del 2015 ("Star Wars") no basto para que Disney rebasara a su principal contendiente, será el 2016 su año para establecer su propio récord. Recientes artículos informan que Disney (propietaria de Walt Disney Pictures, Walt Disney Animation, Pixar, Marvel Studios y Lucasfilm) tiene casi que asegurado superar el récord impuesto por Universal el año pasado ya que cinco de sus proyectos estrenados están dentro de las lista de los 10 filmes con mayor recaudación. Sumando los ingresos de sus mayores éxitos en el año, la compañía fija un total de $5.851.4 billiones de dolares (4 de noviembre de 2016), teniendo pendiente lanzamientos tan impetuosos como "Rogue One: A Star Wars Story" y la mismísima "Moana", la cual apunta a ser otro gran acierto, tanto económico como critico.
"Moana", es el clásico 56 luego del estreno de "Zootopia" a comienzos de año. Dirigida con aticismo, armonía y profundas deferencias por la cultura polinesia por el avezado dúo director John Musker y Ron Clements (“The Little Mermaid,” “Aladdin,” “The Princess And The Frog"), el más reciente tesoro de la factoría sigue a Moana (Auli'i Cravalho), una valiente jovencita enardecida por las maravillas que aguarda el océano. Vive acompañada de su sensible madre Sina (Nicole Scherzinger), su sobre-protector-paladín padre Tui (Temuera Morrison) y su ex-tripulante comunidad en la radiante isla de Motunui—ubicada al occidente de Chile, en la vida real,— en la cual se han aposentado luego de que una fatalidad náutica ocasionara el cese absoluto de sus navegaciones a mar abierto. Sin embargo, la madre naturaleza parece estar aniquilando las cosechas y las imponentes bellezas en las que habitan, hecho por el cual, Moana se ve impulsada a zarpar en busca de Maui ( Dwayne “The Rock” Johnson ),el semidiós que hurtó la piedra preciosa del corazón de la naturaleza, para devolver al lugar al que pertenece la excéntrica piedra, causando así el auge de comida y naturaleza necesitado. Como es recurrente en las películas del estudio, esta 'road-movie'/'buddy-movie' situara al dúo protagonista en más de una arriesgada y fulgurante aventura, forjando naturalmente una espontánea y clásica amistad. A pesar de que la medula de de la historia es la misma de muchos otros largometrajes, lo que más sobresale aquí es que no tenemos a una "princesa" en si—aun asi proceda de padres poderosos,— no tenemos a una mujer de cintura pequeña, piel albina, cabello sedoso, tampoco hay madrastras ni brujas pérfidas, no hay castillos encantados; sin embargo, lo mejor es que no existe ningún interés amoroso, por lo contrario, poseemos una historia imprescindible de emancipación femenina, madurez y confraternidad.
Al igual que las mejores películas de Disney, “Moana” es electrizante partiendo del flamante tradicionalismo. Desde el primer momento hasta el último, el filme es una profusión de viveza, verismo y boyantes ilustraciones, llegando al magnetismo óptico que consiguió “Finding Nemo” y “The Good Dinosaur”. Las texturas, los aspectos, estilos, volúmenes y dimensiones de cada elaborado rasgo son los verdaderos vínculos que permiten llevar la historia con voraz aliciente por parte del público, sea adulto e infantil. La vida del océano—el agua es uno de los personajes más complicados de concebir en filmes animados por computadora,— la fauna acuática—aunque no la veamos mucho, lo poco que apreciamos es impresionante,— el entorno verdoso de la isla, el tratado visual a la cultura polinesia, los rizos de Moana, los tatuajes de Maui, todo, absolutamente todo tiene una preciosa extravagancia visual. Si fuera por sus realistas imágenes, esto sería un obra maestra instantánea.
El talón de Aquiles proviene del guion escrito por el vasto equipo escritor (8 guionistas). Y es que la historia ha sido relatada incesantemente en previos proyectos animados; esta vez, es la misma base fundida en visuales radiantes y aunque sea la más distante de las cintas de princesas, no la libra de sentirse reiterativa. A lo largo del metraje, es notable el esfuerzo—y la lasitud—por tener situaciones originales y entretenidas, tales como el descenso al mundo de los monstruos, no obstante, las trivialidades del género son palpables. Más que palpables son sus extenuantes referencias—no, no estamos de los ‘easter eggs’, que a propósito, solo atrape uno: el reno de “Frozen”,— los mismos directores confesaron que usaron incluso parte del material de sus anteriores trabajos. Referencias que van desde la apocalíptica “Mad Max” de George Miller hasta la vibrante “Mulan” de Tony Bancroft y Barry Cook. Lastimosamente, estas reminiscencias no traen nostalgia a nuestras mentes sino cierto cinismo al tratar de enredarnos.
Esta es la mejor banda sonora de Disney en años. Liderada por el estadounidense Lin-Manuel Miranda, quien últimamente ha monopolizado los focos públicos al ser creador y protagonista de los musicales de Broadway “In the Heights” y” Hamilton”—máxime por este último. Si bien, muchos de los espectadores angloparlantes acudieron a los teatros a ver “Moana” por dos razones primordialmente—dejando a un lado aspectos más trascendentales—: La primera, Dwayne “The Rock” Johnson, actor que le da voz a Maui y la segunda, por las composiciones del aclamado Miranda, y aunque algunos de los temas musicales estrella son de su autoría (“How Far I'll Go”, “You’re Welcome”), Opetaia Foa'i colaboró escribiendo “We Know The Way” y Mark Mancina confeccionó parte del apacible soundtrack (“Te Fiti Restored”, “If I Were the Ocean”). No sería una sorpresa ver nominaciones viniendo a toda velocidad por semejante proeza, simplemente hermoso.
“Moana” de Disney es una deleitosa travesía a mar abierto, inquisitivamente es un riguroso trabajo. Nuestros receptores auditivos y ópticos vivirán un festín de maravillas inimaginables, empero, su narración y desarrollo no están a la misma altura que la plasmación artística. No cabe duda que pequeños y grandes gozaran de las aventuras de la nueva y menos convencional princesa de Disney, y aunque la factoria avanza despaciosamente eliminando los arraigados tabús de la sociedad moderna, falta un trecho dilatado por recorrer. Gracias Disney por continuar proporcionando cine puro, no obstante, siempre se puede mejorar, y aquí tienen pintorescas oportunidades.