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    Vaiana
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Vaiana

    La princesa guerrera

    por Xavi Sánchez Pons

    A estas alturas de la jugada, acusar a la división animada de Disney de repetir siempre la misma fórmula es igual de tendencioso que afirmar, por ejemplo, que todos los westerns son iguales. Como pasa en la gran mayoría de géneros cinematográficos, y la casa Mickey Mouse es ya uno en sí mismo, lo importante es como se utiliza ese modelo. Las variaciones que presenta cada intento, los híbridos que se pueden crear, o la evolución de los personajes y tramas habituales. Vamos, en el caso que nos ocupa, la inteligencia con la que se gestiona la imaginería y el legado de un gigante audiovisual como Disney. El equilibrio, a veces difícil, entre creatividad y gancho comercial; mantener la excelencia en términos de calidad, arriesgar un poco o mucho, y llegar al máximo público posible. En ese sentido, el estudio creado por Walt Disney se apuntó un tanto al adquirir Pixar en 2006. Con la unión, lo viejo y lo nuevo empezaron a retroalimentarse como vasos comunicantes en una operación que ha acabado rejuveneciendo a los primeros y otorgando estatus de clásicos modernos a los segundos. El caso es que Vaiana no se podría entender sin la colaboración y existencia de John Lasseter (ojo, productor ejecutivo del filme) y cía. Y más aún sin una película como Brave (Indomable) y su poderosísimo personaje femenino; una adolescente con ganas de aventuras que desafiará a sus padres para encontrar su camino.

    En Vaiana, la fórmula no solo vuelve a funcionar, sino que se enriquece con elementos renovadores. John Musker y Ron Clements (artífices de La sirenita o Aladino entre otros hits) proponen una reescritura casi total del estereotipo de la princesa de Disney; más cercano a la Mononoke de Miyazaki que a La bella durmiente. Aquí una joven polinesia que no busca en ningún momento a su príncipe azul, y sí su destino y lugar en el mundo con valentía: salvar a su pueblo de la desaparición. Es más, su partenaire masculino, un semi-dios llamado Maui (en la versión original con voz de Dwayne Johnson), es un héroe torpe, chapado a la antigua; un macho alfa troglodita pero de buen corazón que acabará reconociendo su error y la valía de su compañera tras dudar de ella al inicio por su condición de mujer. Dejando de lado su apuesta feliz por el feminismo – que también era el principal atractivo de Frozen y estaba presente en la excelente Zootrópolis-, el nuevo juguete de Disney presenta otros aciertos. Ahí está esa defensa de la tradición oral y el arte de contar historias personificado en el personaje de la abuela de la protagonista; algo que la emparenta con la extraordinaria Kubo y las dos cuerdas mágicas. O su apuesta, como cabía esperar, por la fantasía y sentido de la maravilla desbocado lleno de referencias leídas: Ray Harryhausen –hay escenas que parecen salidas de Jasón y los argonautas-, Abyss, o el guiño genial y loco que lanza a Mad Max: Furia en la carretera; esos tres barcos piratas gigantes liderados por una versión en miniatura de Immortan Joe que van tuneados como la guarida y los coches de los war boys.

    Una cosa más. No sería justo acabar esta crítica sin alabar el corto que precede la proyección de Vaiana, titulado Inner Workings e ideado por Leonardo Matsuda. Siete minutos que proponen una variación divertida y emocionante, llena de chispa e ideas visuales interesantes, de Del revés.

    A favor: su heroína femenina y el sentido de la maravilla que gasta

    En contra: le falta un poco de humor y le sobran algunos subrayados

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