Mi cuenta
    Days and Nights
    Nota media
    3,0
    2 notas
    ¿Tu opinión sobre Days and Nights ?

    1 Crítica del usuario

    5
    0 crítica
    4
    0 crítica
    3
    0 crítica
    2
    1 crítica
    1
    0 crítica
    0
    0 crítica
    Ordenar por
    Mejores críticas Últimas críticas Usuarios que han publicado más críticas Usuarios con más seguidores
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    1.852 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 1 de julio de 2015
    Trauma que ni rompe ni llora ni afecta, sólo esquiva su labor y propósito tanto en los días como en las noches.
    "Las obsesiones a veces sostienen a un hombre"; quédate con esa frase y, a partir de ella, intenta sacar beneficio o jugo alguno a unos personajes que se presentan como estrambóticos, peculiares cada uno en su papel obsesivo pero que no despiertan mayor interés que un conjunto mal avenido de escasa emoción, jarana de músicos que no tocan en armonía pues cada uno va a su ritmo según el instrumento elegido conformando un espectáculo de payasos trágicos, que ni provoca lágrima ni sabe forzar sonrisa, únicamente un desfile de gestos, palabras,excentricidades y números dispares a cual más distante y penoso pues sólo aporta ausencia sensitiva y parsimonia congnitiva.
    Christian Camargo trata de presentar un drama existencial sobre la superación de las obsesiones, el abandono de los martirios, de cuando éstas se liberan y dan paso a la creación artística, al avance emocional, al encuentro con la llave que permite la inspiración y te abre al mundo de la conexión receptiva, todo ello forzando, hasta el lamentable extremo, el reencuentro familiar de miembros solitarios, apagados, extravagantes según su desorden personal, cuyo toque estrambótico individual de cada cual no acaba de cuajar, unión en la diversidad que no estimula ni capta tu atención pues, tras la presentación de cada nota y tras darle el tiempo meritorio para que coja fuerza y consistencia, te quedas ofuscado y anulado al ver que la pieza construida ni motiva ni cautiva ni acaba de entregar toda su pasión, sólo insinuaciones leves que suponen nimias gotas de agua en lugar de la lluvia torrencial y abundante que se esperaba.
    Está bien jugar a ser diferente, a dibujar piezas desiguales en busca de originalidad en su exhibición, cuadro teatral único y particular que se desmarque de lo ya visto sólo que, tantas manías y ofuscaciones no dan para obtener la mía, su degeneración hacia el aislamiento emocional no arrastra al público con ellos, es un tren al que suben con voluntad propicia pero sin dejar ni permitir la participación de nadie más, su guión , planteamiento y puesta en escena son pobres e insuficientes en su función de impresionar, impactar y abducir al espectador, sólo vagabundos anímicos que se reúnen en una casa para ver qué pasa y donde, no siendo apetitoso el cómo se narra ni la forma elegida para su representación, la sucesión de los hechos y su importancia se desvaloran y pierden importancia.
    Director, guionista y actor principal, todo en uno, loable creer en uno mismo, en sus posibilidades, en recorrer ese áspero asfalto vuelto jardín con las reglas auto impuestas por esa creatividad en la que se cree a ciegas, que devora, como obsesión bendita, todo tu ser y que llama, suplica, insiste en salir y tomar forma pero no todo se soluciona con encerrar en un habitáculo a individuos emparentados, que se encuentran a millas de distancia de poder compartir o conectar con nadie, el público se cansa de que cada cual tenga sus cinco minutos de jolgorio y tragedia pero ¡nada más! ya que como grupo, su explosión fracasa y su hipnosis acaba en indeseable desapego.
    La tormenta no llega a las venas, el aire es rancio, el espíritu se envenena de ausencia, el corazón ni se acelera ni precipita, bebida aguada sin fundamento ni desarrollo, únicamente una idea inicial que se queda inmóvil, exigua y varada en esa primera frase mencionada, intenciones que se estrellan ante la torpeza y nulidad de su máximo y único responsable, de no saber ir más allá.
    La rareza es un don, la manipulación un error, el dirigente presente cree poder unir ambas para confeccionar un menú singular y disonante cuya suculencia consiste en tratar de hallar y apreciar los tormentos que viven y padecen sus estrafalarios ingredientes, sólo que se olvida de que lo diferente atrae, no por serlo simplemente, sino porque tiene algo digno y apetecible que aportar distinto a los demás; aquí la diferencia duerme pues únicamente es de fachada, sin darle contenido ni forma, lo cual se reduce a presentar un sabor pobre, rancio y desaborido que no se disfruta y te deja enfadada y con hambre.
    No hay vuelta atrás, sus aspiraciones eran altas, su osadía de gran aplauso expectante pero sus alas se quemaron rápidamente al ir con excesiva rapidez, y sin material digno, al canto del astro sol donde, en lugar de quedar loable y orgulloso a su lado, se derritió por ingenuidad incompetente.
    Fallido intento de grandeza dramática y extrañeza individual, ¡hay que pensar y trabajarselo más!, el vidente lo merece y lo reclama con insistencia y ansiedad.
    ¿Quieres leer más críticas?
    Back to Top