Últimas opiniones sobre Ärtico

Gabriel Velázquez comenzó en el mundo del cine en el año 1995, produciendo un cortometraje de Chema de la Peña llamado Lourdes de segunda mano. Al año siguiente trabajó como director de producción en la serie de animación Pérez y Donato, trabajó también en la exitosa Airbag y ese mismo año debutó como director con un cortometraje, En Madison siempre es lunes. Sus trabajos como director han sido en Soldaditos de latón (2001), Sud Express (2006), Amateurs (2008) e Iceberg (2006).
Ärtico nos cuenta el día a día de dos jóvenes Simón y Jota, que salen a la calle tratando de buscarse la vida a base de trapicheos y robos, a pequeña escala. Según cuentan o nos quieren hacer ver, Simón quiere ser libre, está harto de su familia, incluidos su mujer y su hijo, quiere tener la vida de Jota, sin responsabilidades ni preocupaciones. Por el contrario, Jota, está harto de su vida y ansía tener una familia. Todo esto lo tienes que superponer si con anterioridad te has leído la sinopsis, porque la historia que yo he visto, es tan simple que me ha costado encasillarla como película. Planos permanentes que abarcan mucho espacio. En principio, planos y más planos fijos, muy bien seleccionados pero completamente vacíos de contenido, carentes de diálogos y bastante intrascendentes, el trasfondo argumental únicamente te sitúa en la historia por lo que visualmente te ofrece, es como si estuvieras en un parque observando el comportamiento de las personas, intuyes lo que hacen pero no puedes adentrarte en nada más.

Trascurre con la misma dinámica anodina y simplista, con el trípode sujetando la cámara y un plano amplio que nos desvela la escena, como si estuviéramos viendo una selección de sketchs pero sin que nos cuenten nada, como si degustaras un polo de agua, sin sabor. Se han preocupado tanto de encontrar el encuadre perfecto para obtener una buena fotografía que se han olvidado de darle forma a una historia, a unos personajes que intentan en vano sacar a relucir su mundo interior, en un par de escenas de gamberrismo no se puede ahondar en el interior de unos sujetos que tratan de dar vida a unas sensaciones que brillan por su ausencia, son tan volátiles que se esfuman sin poder apenas apreciarlas.

Han conseguido un entorno apropiado para contar una historia sobre vidas grises condenadas al fracaso.
Lo peor:
Un contenido vacío, unas interpretaciones casi anecdóticas, unos diálogos tan escasos como intrascendentes.