"Babadook" es un interesante y logrado film de terror psicológico, ópera prima de la directora australiana Jennifer Kent.
Amelia, una joven madre viuda, deberá lidiar con el complejo y, a veces, desesperante comportamiento de su hijo Samuel, quien dice ver a un abominable monstruo que aparece en un extraño libro de la estantería familiar, criatura que parece acosarlos incansablemente. Los orígenes de la revelación del Festival de Cine Sundance de 2014, que en la práctica fue el debut de su directora, se encuentran en "Monster" (2005), un corto que Kent produjo antes de que el danés Lars Von Trier la contratara como asistente de dirección para el film "Dogville" (2013) y que sería protagonizada por su amiga y colega actriz Essie Davis. En ese corto, Kent mostraría ya su habilidad para construir un esquema narrativo efectivo de terror psicológico, que logrará consolidarse con la realización de "The Babadook" (2014). En tiempos en que realmente es complicado encontrarse con propuestas de cine de terror realmente originales y efectivas y que no se apoyen del acostumbrado apartado de monstruos creados por computadora, la cinta surge como una suerte de antiguo cuento infantil de terror, de esos clásicos que en el Medievo, por ejemplo, estaban llenos de eventos sórdidos y abominables, y que habían terminado por convertirse en verdaderos bálsamos narrativos para dormir a los pequeños en casa, por impronta de Walt Disney. Sin embargo, el mérito del guión de Kent no se basará exclusivamente de apelar a esa narrativa ancestral sino en su lograda exposición de un, por momentos, espeluznante drama, que apuesta por una exploración definitivamente ambigua de la psique de sus personajes protagónicos, Amelia y su hijo Samuel.
Amelia es una joven madre, viuda hace 6 años, cuando en un lamentable accidente vehicular, su esposo fallecería mientras la llevaba al hospital a dar a luz a su primer y único hijo. Es una mujer atormentada y profundamente depresiva por este hecho, aunque parece estar resignada a dedicarle prioridad obligada a su hijo Samuel, un niño que produce rechazo no sólo en sus familiares directos (su hermana y sobrina) sino en sus compañeros de colegio y otras personas. No obstante, Amelia mostrará un rechazo más que evidente hacia su propio hijo, en principio porque su presencia le recuerda la dolorosa pérdida de su esposo dejando cierta sensación de responsabilizarse, y el estado de postración sexual a la que la mujer sobrevive, reflejado en la escena de la masturbación entre sábanas y la interrupción de Samuel, que dan cuenta también de la tensión sexual entre ambos. No es de extrañar, entonces, que no pare de autocomplacerse, siquiera para intentar rehacer su vida con otro hombre, y que el carácter difícil y obsesivo del niño, configuren una relación incómodamente osmiótica, en donde es evidente que sólo les queda tenerse el uno y el otro. El entorno de Amelia no ayuda en nada tampoco. Su monótona labor como enfermera diurna en un hogar de ancianos, la áspera relación con su hermana Claire que no soporta a su sobrino Samuel, la poca empatía de los profesores escolares con el caso problemático del niño y la falta de iniciativa en encender un romance con su compañero Robbie, dificultarán aún más el entorno emocional de Amelia y la continuarán aislando y hundiendo más y más. Y cuando parece que nada podría andar peor, surgirá una problemática que al principio parecerá anecdótica pero que conforme se haga más tangible, pondrá sus nervios al límite.
El ingreso explícito del "Babadook" a la trama, no tanto en términos referenciales, definitivamente enriquecerá todo lo expuesto por Kent, en especial la difícil relación de Amelia y Samuel y el consecuente clima depresivo de relaciones enrarecidas entre ellos, y de cada uno con su entorno. La constitución narrativa del "Babadook" en términos de personaje resulta tan ambigua y oscura como amenazante y espeluznante, que deambula entre una entidad sobrenatural demoníaca al acecho de víctimas infantiles y la materialización del karma de emociones y conflictos emocionales a partir de una tragedia del pasado. En ese sentido, "Babadook" se alza como una entidad simbólica de algo que está ahí atormentando a Amelia y que el espectador no sabrá a ciencia cierta si es producto de la imaginación de Samuel, de la propia o algo diabólico, cuestión que el director maneja de forma bastante inteligente, incluso en el clímax. Esa ambigüedad e imposibilidad de que el espectador identifique realmente que es lo que acosa a Amelia y Samuel es precisamente lo más horroroso y uno de sus puntos culmines, ya que no recurre a vísceras y sangre para impactar. Ello nos llevará a detenernos en su críptico lenguaje de planos, en donde el espectador no sabrá si los hechos ocurridos ocurren en la realidad o son producto de la mente inestable y perturbada de ambos. Bien vale mencionar que Kent no es mezquina en escenas de este tipo, a partir de la espeluznante ilustración y texto del libro, el regreso del libro a la puerta de la casa después de que ella lo rompiera y quemara, hasta aquellas en las que es atacada por el "Babadook" muy de cerca en la cama, la obligue a romperle el cuello al perro de la familia e insultar fuertemente y amenazar con un cuchillo a su hijo.
Que no se engañe el espectador por el bajo presupuesto del film, ya que la película tiene en su fotografía y diseño de arte muestras de talento. El fotógrafo Radek Ladczuk regala una perspectiva visual grisácea, depresiva, agobiante e incluso miserable. El espectador puede palpar prácticamente el dolor contenido y la destruida aura de Amelia, que se traduce casi en un permanente estado de muerte emocional que sólo despertará (y se acrecentará hasta convertirse en angustia) con la paranoia e insomnio que la aparición del monstruo supone al invadir su aburrida existencia y acosarla a ella y a Samuel. Por su parte, el diseño artístico del monstruo rememora y homenajea evidentemente el Expresionismo Alemán, ese legendario y espeluznante movimiento visual que horrorizó en su momento y que a pesar del paso de las décadas, continúa al menos inquietante al espectador. La apariencia del monstruo, creación de Karen Hannaford y Alex Holmes, con su cara pálida, su vestimenta negra con aires victorianos y sus dedos particularmente alargados, evoca a los míticos monstruos Cesare de "Das Cabinet Des Dr. Caligari" (1919) de Robert Wiene y "Nosferatu, Eine Symphonie Des Grauens" (1922) de F.W. Murnau, y la técnica de stop-motion para sus apariciones resulta acertada al reforzar su aura inquietante. Además cabe agregar el constante homenaje que Kent realiza al cine de terror antiguo, desde los primeros cortos de Melies hasta los clásicos del género que Amelia ve para sobrellevar sus noches de insomnio.
Las actuaciones son correctas, no cabe la menor duda del talento de Eddie Davis para encarnar a una madre destruida y corroída por el dolor, el abandono y la autocomplacencia. Es increíble como Davis logra pasar de dar lástima y conmover por su pasado y presente y las particularidades de su hijo hasta ocasionar pavor y horror, demostrando tener las herramientas interpretativas necesarias para exponer con brillantez el progresivo descenso emocional de la madre. Por su parte, el debutante Noah Wiseman está inmejorable como el pequeño y difícil Samuel, demostrando tener habilidades para interpretar a un niño que por momentos se hace insoportable y proyectando un aura decididamente negativa. Hay momentos realmente incómodos como la crisis nerviosa en el vehículo y los ásperos diálogos con su madre sobre la ausencia de su padre y que ella no haga nada ante el rechazo de la gente hacia él. El reducido pero efectivo reparto lo completan Hayley McElhinney como Claire, la fría y poco empática hermana de Amelia, que siente derechamente aversión por su sobrino Samuel. Daniel Henshall es Robbie, compañero de Amelia en el hogar de ancianos y quien se muestra interesado en la deprimida joven madre.
En definitiva, interesante y logrado film de terror psicológico, que transita con personalidad y efectividad en el plano del drama y el suspenso, cuya ambigüedad narrativa y simbolismo son definitivamente sus principales pilares. La cinta ganó 3 de las 6 nominaciones a los AACTA Awards (los Oscar Australianos) en las categorías de Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guión Original. El premio a la Mejor Película de Terror en los Empire Awards. Al mejor lanzamiento a video, Mejor Guión, Mejor Actriz y Mejor Actor de Reparto en los Fangoria Chainsaw Awards. Y varias nominaciones a los Critics' Choice Award, Detroit Film Critics Society Awards, NY Film Critics Circle Awards, Online Film Critics Society Awards, San Francisco Film Critics Circle Awards y Saturn Awards.
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